¡SIN FRONTERAS, SIN JEFES!

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13 Marzo 2025 39 visitas

Un sábado por la tarde, un grupo multirracial y multigeneracional de 40 participantes se reunió en Lennox, California, para un impactante foro sobre la historia de la inmigración. Organizado por el Partido Laboral Progresista, el evento abarcó tres secciones cruciales que exploraron el estado actual de la inmigración, las raíces históricas del desplazamiento y la lucha continua de la clase trabajadora. El foro recordó a los asistentes que las fronteras son una herramienta de opresión capitalista y solo sirven para dividir y explotar a nuestra clase. Los líderes exigieron un enfoque revolucionario para abordar la crisis, enfatizando que la única solución a la maquinaria de deportación en curso es la revolución comunista.

Es importante destacar que todos los participantes presentes se conectaron con nosotros a través de los diversos aspectos del trabajo colectivo que hemos realizado durante la última década. Ya sea en las escuelas, la lucha contra la brutalidad policial, la atención médica o el trabajo con los inquilinos, el tiempo y la dedicación a estas áreas dieron frutos en este evento. Nuestro compromiso con la organización en organizaciones de masas ha generado un modesto crecimiento en nuestra zona y seguimos cosechando esos frutos.

Datos, desplazamiento y la realidad de la inmigración

El foro comenzó con una presentación que invitaba a la reflexión y que proporcionó datos y estadísticas sobre la inmigración en los últimos 12 años. Los gráficos que representan el aumento de la detención migratoria, las deportaciones y las separaciones familiares marcaron la pauta del debate, mostrando que tanto las administraciones demócratas como las republicanas han seguido políticas similares en gran medida. A pesar de sus diferencias políticas, ambos partidos han mantenido e incluso ampliado el sistema migratorio que deporta a familias y niega derechos humanos fundamentales.

Se invitó a los participantes a reflexionar sobre cómo el desplazamiento no se limita a las personas que cruzan fronteras. El debate destacó cómo la gentrificación obliga a las familias de clase trabajadora, especialmente en barrios como Inglewood, a abandonar sus hogares y mudarse a zonas más pobres. Ya se trate de migrantes latinoamericanos que buscan escapar de desastres provocados por el imperialismo o de personas de clase trabajadora que son expulsadas de sus hogares por la “renovación urbana” impulsada por el lucro, la causa fundamental del desplazamiento es la misma: el afán incesante del capitalismo por obtener ganancias a costa de vidas humanas. El momento revelador llegó cuando un miembro del Partido señaló que los patrones no tienen fronteras cuando buscan ganancias. Para la clase dominante, las fronteras son porosas. Solo se utilizan para controlar el movimiento de la clase trabajadora.

La sesión dejó a muchos participantes con una comprensión más clara de las fuerzas económicas y políticas que subyacen a la crisis migratoria. Como lo expresó un participante: «El problema de la inmigración no se trata solo de fronteras, sino de personas desplazadas por un sistema que nos ve como mercancías, no como seres humanos».

La historia de la inmigración y el papel del TLCAN

La segunda sección del foro adoptó un enfoque histórico, examinando cómo las políticas internacionales, incluyendo el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), han condicionado los problemas migratorios. El TLCAN, que entró en vigor en 1994, está directamente vinculado al aumento de la migración desde México y otros países latinoamericanos. El acuerdo desplazó a millones de trabajadores al permitir que las corporaciones multinacionales explotaran la mano de obra barata y destruyeran las economías locales. También facilitó que las empresas estadounidenses trasladaran empleos al extranjero, empobreciendo a las comunidades en el proceso.

Los presentadores enfatizaron que la historia de la inmigración es una historia de explotación capitalista, con políticas migratorias que a menudo sirven a los intereses de las grandes corporaciones que se benefician de la mano de obra barata. Este contexto histórico es crucial para comprender por qué las políticas migratorias han seguido siendo tan severas y discriminatorias, independientemente del partido en el poder.

La lucha – Organizarse para el cambio

La última sección del foro se centró en la creciente resistencia y lucha contra el sistema migratorio. Desde acciones individuales hasta protestas masivas, las iniciativas comunitarias han tenido cada vez más éxito en frenar las operaciones de control migratorio. La presentación destacó los esfuerzos de base para bloquear las deportaciones, organizar huelgas escolares e interrumpir las redadas de ICE. Quedó claro que la lucha por los derechos de los inmigrantes es una parte vital de la lucha más amplia de la clase trabajadora.

Una parte particularmente conmovedora de la discusión provino de dos jóvenes estudiantes negros, líderes de la huelga escolar del 3 de febrero, en la que cientos de estudiantes protestaron contra la amenaza de deportación (ver DESAFÍO 12/3/25). Estos estudiantes compartieron su experiencia y la urgencia que sintieron al oponerse a un sistema que criminaliza a sus familias y comunidades. Lucharon por fortalecer la política de toda la huelga recordando al alumnado que los problemas migratorios no solo afectan a la comunidad mexicana. “Los patrones se benefician manteniéndonos divididos”, dijo uno de los estudiantes. “Por eso nos pareció tan importante llevar el mensaje de la unidad de la clase trabajadora a nuestros compañeros”.

El foro concluyó con un llamado a la acción: se instó a los participantes a unirse a las manifestaciones vecinales periódicas previas al acto del Primero de Mayo, donde la clase trabajadora tomará las calles en solidaridad. El lema de la movilización fue claro: «La clase trabajadora no tiene fronteras».

Una solución comunista: sin fronteras y sin deportaciones

A lo largo del evento, el mensaje subyacente fue que el sistema actual de control migratorio no es solo producto de malas políticas, sino resultado directo del capitalismo. La clase capitalista se beneficia de la explotación de la mano de obra inmigrante, y tanto demócratas como republicanos han contribuido a crear la maquinaria de deportación que se ha expandido bajo la administración Trump. Como señaló un participante: «Los demócratas sentaron las bases para la maquinaria de deportación de Trump con políticas como las ‘Comunidades Seguras’ y la expansión del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). En este sistema, no importa quién esté en el poder. Lo que importa es desmantelar el sistema que nos oprime a todos». Además, políticas como el TLCAN, la criminalización de los trabajadores migrantes indocumentados y la militarización de la frontera son tácticas del imperialismo estadounidense. La creciente rivalidad interimperialista seguirá impulsando los desplazamientos hasta que derroquemos este sistema corrupto y motivado por el lucro.

El foro concluyó con un poderoso recordatorio de que el comunismo es la única solución real al problema de la deportación. La clase trabajadora no tiene fronteras: trabajadores de todo el mundo comparten las mismas luchas. Solo mediante la acción colectiva, la solidaridad y el derrocamiento del sistema capitalista podremos desmantelar verdaderamente las fuerzas que explotan y oprimen a los trabajadores, incluso mediante las deportaciones.

Al concluir el foro, los participantes se marcharon con renovada convicción y un propósito. La lucha contra las deportaciones y el desplazamiento está lejos de terminar, pero es una lucha que seguirá cobrando fuerza hasta que se eliminen las fronteras y la clase trabajadora se una bajo la bandera roja.