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Carta de lucha: De Palestina a Stonewall, liberación significa comunismo

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05 Julio 2024 179 visitas

CIUDAD DE NUEVA YORK, 30 de junio- Frente a una marcha del mes de Orgullo LGBTQ asquerosamente capitalista, un grupo antirracista y antisexista del Partido Laboral Progresista atrajo a los transeúntes con el cántico “no hay orgullo en el capitalismo” y el titular de primera plana “el comunismo es liberación”. Para aplastar el sexismo en todas sus formas, tenemos que aplastar la raíz de las divisiones y la discriminación: la sociedad de clases. 

Nuestros objetivos para esta acción incluían a) que algunos de nosotros tratáramos de encontrarnos con manifestantes anti-genocidio en este evento sumamente patronal y a favor del imperio, b) unirnos con los PL’s y amigos que venian de la marcha de la liberación para la marcha del Orgullo LGBTQ Familiar, y c) llevar algunas ideas comunistas a todo el evento. Distribuimos DESAFÍOS y folletos. Muchos se acercaron a nosotros para conversar, e incluso nos encontramos con un PL’er perdido hace cuatro décadas que describió su participación en el PLP como “la mejor época de mi vida”. 

La lección es clara: nuestra clase está en busca de las ideas y prácticas que nos liberarán a todos. Eso es el comunismo. Rompiendo las cadenas del beneficio y aplastando la dictadura de la clase dominante en todas las fronteras, nuestra clase puede empezar a construir un mundo que nos permita vivir como seres completos. Sea cual sea la lucha, nuestro enemigo tiene una identidad verdadera: el capitalismo. Debemos aplastar el capitalismo para poder vivir. 

Para aplastar el sexismo, debemos unirnos 

Pero primero, algunas definiciones. “Queer” es una forma inclusiva de referirse a las personas en todo el espectro de la sexualidad y el género. “Política de identidad” es el uso de la identidad socialmente construida de una persona (en contraposición a su posición de clase) como base para la unidad y la organización. “Capitalismo” es el sistema intrínsecamente violento de dos fuerzas de clase opuestas: el explotador y el explotado. 

La política de identidad LGBTQ y el capitalismo pueden coexistir amistosamente. Un ejemplo: la cuarta mayor empresa armamentística del mundo, Boeing, cuyas bombas están asesinando a nuestra clase en Gaza, patrocinó el desfile del Orgullo de San Luis ( The Nation, 27/6). 
Mientras EE.UU.-Israel comete el genocidio de 38.514 trabajadores y niños palestinos, el desfile del Orgullo aquí -que se originó en la Rebelión de Stonewall de 1969 (!)- se basa en el dinero manchado de sangre de algunos de los partidarios acérrimos de Israel: JP morgan Chase bank, Deutsche Bank, mastercard, L’Oreal Group, y otros. No es revolucionario limitarse a exponer la naturaleza capitalista del mes de orgullo LBGTQ; es, sin embargo, un comienzo. 

Aunque la Marcha de la Liberación Queer comenzó en 1994 en su intento de romper con la naturaleza corporativa y estatal del Orgullo LBGTQ, también se ahoga bajo su propio paradigma democrático y de creación de coaliciones. El PLP internacional se diferencia de éste por su rechazo tanto de la política identitaria como de la política electoral. Se niega a dejarse engañar por cualquier grupo de políticos, independientemente de su raza, género, sexualidad y cultura. Rechazamos todo lo que no sea la liberación comunista de todos los miembros de nuestra clase. Hacemos esto participando en la lucha, construyendo conciencia obrera, alimentando relaciones, reclutando para el PLP y comprometiéndonos a servir a nuestra clase. 

No es raro ser queer y querer aplastar el capitalismo

El año que viene podemos organizarnos para marchar en la Marcha de la Liberación Queer (LBGTQ) bajo la bandera del comunismo. Siempre que conectemos nuestras luchas locales con las luchas internacionales, eliminaremos las fronteras (mentales, físicas, sociales) que nos dividen. ¡Vamos, qamaradas!