(Primera parte  — DESAFIO, 3/3 — detalla el ataque de Israel contra Gaza, las condiciones de segregación en Palestina, el racismo contra Árabes y Musulmanes y la relación entre Israel y la clase dominante de EEUU)

En Palestina se dieron alzamientos masivos contra el control Israelí en 1987 y el 2000, pero ahora hay poca resistencia. Desde 1990, el partido de gobierno Fatah ha negociado  con Israel, con EEUU como mediador, y se ha convertido en administrador de la mayor parte de Cisjordania, sin haber logrado la independencia. La mayoría de palestinos ven a Fatah como corrupto e incompetente. Ahora hasta cumple el rol policial de Israel.

En protesta contra Fatah, en el 2006 la mayoría (hasta cristianos y seculares) votó a favor de Hamas, que sólo ofrece un fundamentalismo Islámico regresivo. La mayoría de palestinos están completamente desconectados de esos partidos, pero hay un vacío en el medio. Hasta los pequeños grupos de activistas están enfocados en un solo problema, como es el muro Israelí o el sistema judicial fascista. Todos tienen una orientación nacionalista y demandan un Estado Palestino Independiente sin analizar la naturaleza de su sociedad actual y lo que necesitan hacer. 

Palestina y Fatah están dominados por un reducido grupo de familias adineradas. Las masas son trabajadores pobres y granjeros. Estas relaciones no van ha cambiar en una Palestina independiente, lo que dejaría la pobreza y desigualdad intactas. La historia ha demostrado repetidamente que el problema de quién controla la sociedad no se puede postergar, ya que las clases dominantes locales, y los imperialistas que los controlan, continúan su control sobre la sociedad de la misma manera en un estado “liberado”.

El nacionalismo también limita la posibilidad de forjar alianzas con los trabajadores israelíes, algunos también explotados, como los inmigrantes recientes o de piel oscura, y los súper-explotados obreros temporales que Israel importa para los trabajos mal pagados.

En Israel existe también una limitada oposición a la política del gobierno. Casi 5% de los jóvenes se oponen al servicio militar obligatorio y van a prisión. Un pequeño grupo de veteranos han denunciado las atrocidades que han visto en Gaza y en otras zonas del territorio ocupado. Algunos israelíes se oponen a la degradación y crueldad con que se trata a los palestinos. Sin embargo, usualmente demandan la “paz” y el fin de la ocupación militar, sin considerar el papel que Israel desempeña para el imperialismo occidental y las relaciones de clase de su sociedad.

Muchos en Israel y Palestina tenían la esperanza que Obama podría representar una nueva política estadounidense y traer cambios al área. No entendieron que Obama sólo representa los intereses de la clase dominante de EEUU, que no cambian con los presidentes de turno. De hecho, un documento que preparó Obama antes de tomar el cargo sólo reiteraba la posición de EEUU a favor de los “dos estados”, dominados económica y militarmente por Israel. Antes de su inauguración, Obama se mantuvo en silencio mientras que se masacraba a los habitantes de Gaza.

Antes de nuestro viaje a la región preparamos un documento que reseñaba su historia imperialista, las debilidades del nacionalismo y haciendo un llamado a favor de una sociedad comunista igualitaria. Tuvimos la suerte de reunirnos con israelíes jóvenes que estuvieron de acuerdo con esta posición y trabajarán con nosotros. En nuestro viaje a Israel y Cisjordania distribuimos 50 DESAFIOS y documentos a los activistas con los que nos reunimos. Nos mantendremos en contacto con estos amigos y trataremos de estimular un movimiento comunista multiétnico que tanto necesita Israel y Palestina.