Lena Minkovskaya Caref nació el 10 de octubre de 1925 en Gómel, Bielorrusia, Unión Soviética. Se consideraba estalinista, pues siempre decía, “Durante mi niñez no había crimen, las escuelas eran gratuitas y había servicio de salud y transporte gratis, la comida era barata y la gente era feliz aun si tenían que trabajar duro para cubrir sus necesidades”. Fue una ferviente comunista toda su vida.
A la edad de 11 años, perdió a su madre y ayudó a su padre a cuidar de sus hermanos pequeños. A los 15 años se unió a la defensa contra la invasión fascista alemana apoyada por el occidente. Trabajo como ayudante de soldador en un oleoducto en Georgia y después trabajó en una fábrica de granadas en Bielorrusia. Después de la guerra, ella y su esposo Jacob, salieron de la Unión Soviética hacia Polonia, en donde se enteraron que toda su familia había sido asesinada por los nazis, casi todos en los hornos de gas en Auschwitz. Dejando su querida Unión Soviética ella y Jacob llegaron a un campo de desplazados en Maktredwitz, Alemania donde nació su primer hijo.
Lena llego a Chicago en marzo de 1949 después de tratar de salir de Alemania en varias ocasiones –el gobierno de Estados Unidos limitaba la migración de judíos hasta que la presión mundial los forzó a cambiar. Lena trabajo de operador de máquinas en Bell y Howell y fue enfermera en hospitales y casas para ancianos. Se unió y luchó en muchas protestas contra la guerra de VietNam y contra el racismo.
Fue una amorosa abuela, tuvo cuatro hijos, diez nietos, y trece bisnietos.