Ciudad de Nueva York, 4 de marzo — Más de 3000 trabajadores del transporte y estudiantes protestaron frente a la audiencia de MTA (Autoridad del Transporte Metropolitano) la cual está proponiendo una variedad de recortes presupuéstales racistas. MTA afirma tener un déficit presupuestario de $ 800 millones de dólares, por lo que está exigiendo que: los estudiantes paguen por las tarjetas de transporte subsidiadas, despidos y un posible aumento de tarifa para el 2011. También esta agencia está apelando un laudo arbitral ganado por chóferes de autobuses urbanos y los trabajadores del metro, negándoles aumentos por seis meses.
El MTA ejecuta viajes largos por tren desde los suburbios, principalmente blancos, pero los recortes se concentran en la ciudad, donde los mismos trabajadores de tránsito, estudiantes y pasajeros en general son mayoritariamente negros, latinos e inmigrantes.
El capitalismo es la fuente de estos ataques racistas contra la clase obrera no su codicia o mala administración. Tristemente un pedazo de casi un-cuarto del presupuesto MTA que consiste en billones que han sido pagados a los banqueros en deudas por servicios”
Pero la dirigencia del TWU (Sindicato de Trabajadores del Transporte) Local 100 culpa principalmente al alcalde Bloomberg por los recortes, para promover a “políticos buenos” que quieran usar los dólares de estímulo federal para evitar recortes. Un orador del sindicato entonó la consigna “Bonos para nuestro rescate” usando como ejemplo los bonos que rescataron a la banca y a General Motors para señalar las necesidades del MTA. Ignoraron por completo mencionar que dichos bonos de rescates causaron que decenas de miles de obreros y propietarios de viviendas, -desproporcionadamente negros, latinos e inmigrantes – perdieran su salario, su empleo y sus casas.
El PLP organizó a muchos estudiantes y profesores a participar en la protesta contra los recortes en la educación y luego a manifestarse en contra de los recortes al transporte. Adentro y fuera de la audiencia, mantuvimos la posición de que los trabajadores solo deben depender en su propia fuerza aliados con los estudiantes y otros trabajadores, no depender de polítiqueros los cuales son sus enemigo de clase (ver recuadro)
El mensaje de Local 100 se centró en los agentes de estación, uno de los dos sectores donde probablemente habrá despidos, refiriéndose a ellos como “los primeros en responder al ataque terrorista”, con la esperanza de atraer a los polítiqueros con plataforma “antiterrorista”. En pancartas, discursos y folletos, miembros del PLP señalaron que la “guerra contra el terror” y los recortes de tránsito son diferentes partes de la misma guerra contra la clase obrera internacional y que los polítiqueros son los encargados de conducir estos ataques (ver recuadro)
El nuevo liderazgo de la Local 100 intentó involucrarse con los estudiantes más que anteriormente. En cierto momento un dirigente sindical hizo que miles de trabajadores corearan “Déjenlos entrar” cuando los policías bloquearon la entrada a los estudiantes al rally de la Local 100.
Pero se necesita más que eso para enfrentar a los patrones. La policía impidió entrar a la audiencia a los grupos que coreaban consignas, adelantaron el programa y permitieron poca acción organizada desde dentro.
Autocriticamente, el PLP pudo haber hecho más para dar a los patrones una probadita de la interrupción que posteriormente implementaran contra los usuarios del transporte y los trabajadores. Sabemos que MTA, es decir, patrones de la ciudad y del estado ya han tomado su decisión y quieren usar las audiencias y las manifestaciones para dar la ilusión de “democracia”. Pero este movimiento en contra de los recortes presupuestarios presenta oportunidades.
El PLP puede unir a trabajadores y estudiantes en acciones que confronten a los empresarios y desenmascare al estado como lo que realmente es, un instrumento de la dictadura de clase. La victoria actual significa la construcción del PLP, el aumento de la combatividad en la lucha de clases y organizarse contra el capitalismo. Esa es la única manera de garantizar que dichas manifestaciones no sólo sean para desahogarse, sino que sirvan como un pequeño ejemplo de lucha de clases en la enorme tarea necesaria para luchar y ganar la revolución comunista.