MARSELLA, FRANCIA, 4 de Enero — Alrededor de 200 trabajadores de la fabrica Fralib, cerca de Gémenos, participan en una feroz huelga para evitar que la compañía Unilever cierre su planta, que ha estado empacando el té Lipton por 118 años.
Unilever acaba de “comprar la compañía estadounidense Alberto-Culver por $3.7 billones”, declaró el delegado del sindicato Oliver Leberquier. “Eso prueba que no tienen ningún problema financiero”.
En la primavera, los trabajadores de Fralib estuvieron en huelga nueve semanas demandando un aumento salarial de 200 euros al mes ($250) pero se vieron forzados a aceptar la oferta de la compañía de 16 euros mensuales ($20), aun así ganaron un salario por los tres días de huelga, una semana de vacaciones y un bono único de 1,200 euros ($1,500). Mientras tanto, en el 2,008, el gerente de Unilever, Patrick Cescau, acaparó 4.7 millones de euros – ¡casi 400,000 euros ($500,000) al mes!
Los trabajadores organizarón un boicot nacional contra Lipton y distribuyerón 15,000 afiches del boicot en todo el país. También planearón tomar la fábrica y manufacturar las bolsitas de té. Discutieron la manera de usar los métodos tradicionales de darle mejorar la calidad del té y comprar ingredientes de los productores locales otra vez.
No se sabe todavía que efecto tendrá esta campaña sobre esta multimillonaria compañía. En octubre, los trabajadores de Fralib enviaron delegaciones a las siete fábricas de Unilever, donde algunos trabajadores pararon sus labores para hablar con los delegados. Las acciones directas de los huelguistas, apoyadas por otros trabajadores de Unilever en el resto de Europa podrían haber sido más efectivas al desafiar a la compañía pero los sindicatos reformistas que operan dentro del sistema patronal no están muy interesados en organizar este tipo de acciones.
Unilever tiene planeado transferir la producción a sus fábricas en Bélgica, donde puede obtebner mayores ganancias que aquí, y enfrentar a un grupo de trabajadores contra otro. La globalización del lucro significa la muerte para los trabajadores.
Actualmente, dice el delegado sindical Leberquier, “la fabrica genera ganancias. El costo laboral total, incluyendo la contribución al seguro social de la compañía, representa 15 centavos de euro por caja de te”. Cada caja se vende por dos euros. Pero el capitalismo siempre busca maximizar sus ganancias, que puede lograr mudándose a Bélgica.
Han acusado a Unilever de Francia de estafar a sus consumidores poniendo menos té en sus bolsitas, y defraudando en el pago de impuestos por 67 millones de euros al año a través de establecimientos financieros en Suiza. Unilever es una multinacional Anglo-holandesa que explota a 163,000 trabajadores en el mundo.
La compañía compra aceite de palma de proveedores que están destruyendo las selvas de Indonesia. En Latinoamérica la compañía sigue vendiendo detergentes que contienen fosfatos, un contaminante problemático. Unilever en Industan usa propaganda racista en la televisión para vender sus cremas blanqueadoras. Muestran mujeres de piel oscura deprimidas porque las ignoran los hombres y en los trabajos. Después que se blanquean la piel “súbitamente encuentran novios y trabajos glamorosos”.
La unificación de los trabajadores de Unilever en todo el mundo contra este patrón racista y explotador seria un gran paso hacia la organización de una revolución que podría barrer este sistema capitalista de explotación. Este objetivo necesita liderazgo comunista, que es todo lo contrario de los sindicatos reformistas que engatusan a los trabajadores y limitan su lucha a las reglas de juego de los patrones.
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Francia: Lucha Feroz contra Patrones Lipton no es Fiesta de Te
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- 20 Enero 2011 154 visitas