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Organizar Contra Crímenes Patronales Que Afectan a Trabajadores, Campesinos

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17 Febrero 2011 150 visitas

La devastación de las inundaciones del año pasado en Pakistán  2.300 campesinos pobres de la clase obrera murieron, 24 millones fueron desplazados, 2,3 millones de hogares y 4.655 pueblos fueron destruidos fue culpa supuestamente de las lluvias torrenciales sin precedente, pero la causa verdadera fue el fracaso de la clase gobernante de proteger a la clase obrera.
Seis meses después de las inundaciones, grandes áreas, especialmente en el sur, todavía están bajo el agua, y más de 7.000.000 de personas carecen de casas adecuadas. Millones de sobrevivientes con sistemas de inmunidad debilitados, falta de comida y el tiempo frío corren el riesgo de la pulmonía y otras enfermedades respiratorias y las causadas por el agua sucia.
Amigos del PLP han hecho un papel clave en la organización de manifestaciones de protesta nacionales que empezaron el año pasado contra la ayuda inadecuada gubernamental. (Pakistán es una federación de cuatro provincias, Beluchistán, Frontera del Noroeste, Panyab, y Sind, y cuatro territorios federales, todos juntos tienen una población de más de 170 millones de personas. Nuestros amigos señalaron que mientras que las inundaciones fueron un acontecimiento natural, los millones de desamparados y la destrucción masiva fueron desastres producidos por la negligencia de la clase gobernante de Pakistán y el imperialismo estadounidense, que le dan prioridad a las ganancias y no a las vidas obreras. Mientras que nuestros amigos participan en las luchas populares para proveer las necesidades básicas para las víctimas de la inundación, las ideas comunistas sobre una sociedad basada en los intereses de la clase obrera donde habría planificación cautelosa para prevenir tal devastación se están extendiendo.
Esto incluyó desenmascarar la corrupción de los oficiales nacionales y locales, y su táctica de citar “las cuestiones de seguridad” para mantener alejadas las agencias de auxilio de las áreas pobres mientras que se robaban la comida y provisiones para las víctimas. Los grandes terratenientes, muchos de ellos miembros del Parlamento, huyeron antes de que las aguas se subieran, usando recursos estatales para desviar las aguas para salvar sus casas y cosechas. Frecuentemente desviaban las aguas a las áreas pobres, y de esta manera destruyendo millones de hogares.
A pesar de que el gobierno se había enterado desde hace junio que iban a ocurrir inundaciones rápidas Julio hasta septiembre, no tuvo ningún plan de evacuación. Los obreros pobres, que no podía pagar el alto costo de la transportación para alejarse de las inundaciones, vieron como las aguas subiéndose destruyeron sus hogares y su sustento.
Se abrieron muchas brechas para desviar intencionalmente las aguas lejos de las guarniciones militares, incluyendo la base aérea Shahbaz en Sind, que inundó a Beluchistán, desplazando a 800.000 baluchis. La base aérea, bajo control de la Fuerza Aérea de los EEUU desde la invasión de Afganistán en 2001, es la fuente de las incursiones letales continuas dentro de Afganistán y ataques de las VANTs contra los insurgentes talibanes, rehusó ayudar en el trabajo de asistencia que se necesitaba desesperadamente. 
A pesar de que la Corte Suprema de Pakistán este examinando los casos de las desviaciones de agua buscando reportes de los oficiales provincianos que se hicieron los ciegos probablemente culparán a otros explotadores y fomentarán rivalidades nacionales-étnicas para ocultar sus crímenes contra la clase trabajadora.
La destrucción de las cosechas por las inundaciones, y la incapacidad de los granjeros de plantar en campos todavía inundados, significa que otras 500.000 personas van a necesitar comida este año. En la provincia de Sind, centro de los terratenientes más grandes del país, incluyendo al clan Bhutto de mala fama el presidente actual, Asif Ali Zardar, es el esposo de la antigua presidenta Benazir Bhutto, quien fue asesinada en 2009)  se calcula que el 25% de los niños menor de cinco años de edad están malnutridos y 6% padecen de una malnutrición severa. Pero tales cifras no sólo resultan de la devastación causada por las inundaciones pero también de la desigualdad inherente de la sociedad capitalista que ha sufrido la población por mucho tiempo. (Un estudio del 2002 encontró un tasa de malnutrición nacional de 13.2%, tasas de 23.1% en el norte de Sind y de 21.2% en las partes sureñas.)
La economía de Pakistán ha sido perjudicada severamente por el daño extensivo a las cosechas y la infraestructura intensificando la crisis económica profunda. El impacto total de las inundaciones se aproxima a $45 miles de millones de dólares. La clase gobernante y los capitalistas internacionales están decididos de colocar el costo de esta crisis en las espaldas de la clase obrera pakistaní.
Las medidas de austeridad impuestas por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han resultado en incrementos agudos en los precios de la comida y el combustible y en más recortes en el gasto social. El gobierno tiene la intención de reconstruir la infraestructura a través de las “sociedades” públicas-privadas, esto resultará en más corrupción, ya que las empresas más grandes recibirán fondos estatales para la reconstrucción.
Hay protestas y huelgas cotidianas sobre la escasez de asistencia para los damnificados, los precios más altos y el desempleo.  Más de dos millones de trabajadores de la industria energética han sido despedidos, al igual ha habido pérdidas de empleos masivas en el sector agrícola.
Al igual que el terremoto reciente en Haití, las inundaciones en Pakistán demuestran que el capitalismo no puede proveer las necesidades de la clase obrera.  Convocamos a todos los trabajadores que se unan a través de las fronteras y que luchen para una sociedad comunista.