San Francisco, 16 de julio — Una vez más los conductores del transporte público de San Francisco (MUNI) han tomado la vanguardia en la lucha de clases en el área de la bahía. Con un contundente voto de 2 a 1, (994 a 488) y por segunda vez, rechazaron un contrato repleto de concesiones (MOU) El voto del NO mostró el potencial de los conductores de MUNI para unirse y actuar en interés de su clase, algo que aterroriza a los empresarios de SF.
El voto de los conductores desafió a los dirigentes sindicales de SF, a la elite política demócrata, y a los intereses del centro financiero en SF: Los dirigentes sindicales denunciaron públicamente a los conductores, mientras los multimillonarios de SF hicieron campaña en contra de las pensiones de los trabajadores de la ciudad. (Revista Fortune 13 de junio 2011) El capital corporativo impulsó una enmienda constitucional en la ciudad  (Prop. G) para cambiar la formula de pago a los chóferes, so pretexto “De Arreglar MUNI”. La administración dijo a la prensa que se ahorraría 41 millones de dólares por las concesiones. La prensa patronal promovió ataques sistemáticos y mentiras racistas específicamente contra chóferes negros e inmigrantes. Todas las fuerzas gobernantes se unieron al coro fascista: “Necesitamos sacrificio compartido.”
Empujando su fraudulenta ideología de que todos estamos en el mismo barco, la dirección sindical del TWU sección 250, recomendó el contrato propuesto por la administración como “ganador” a pesar de que contiene una congelación salarial, grandes reducciones en el servicio y en empleos de tiempo completo, la reintroducción de trabajo de tiempo parcial y una masiva eliminación de derechos de los trabajadores que facilitará su despido. El 13 de junio, un árbitro “independiente” usando la Proposición G validó el contrato rechazado por la base trabajadora. Al mismo tiempo que los líderes vendidos utilizaron su posición  para sabotear todo intento serio de preparación para la huelga.
Los continuos ataques en la prensa alimentaron la resistencia entre la membresía del TWU. Muchos miembros dedicaron tiempo y energía con la esperanza de que este voto hiciera creíble la posibilidad de una huelga para hacer retroceder a la administración. Los activistas obligaron a los vendidos a llamar a un voto de autorización para la huelga y aprobaron una resolución ordenando a los líderes a no aceptar el arbitraje.
Muchos de los activistas reconocen que: “Un voto por el NO es insuficiente”. Bajo la imposición del nuevo contrato los debates están en su apogeo: ¿Realmente podemos concretar acciones en el trabajo o una huelga sin la dirección sindical? ¿Invalidará el Tribunal la Proposición G? ¿Cómo podemos movilizarnos para superar el divisionismo
y el miedo? ¿Cómo podemos unirnos a los usuarios y a otros trabajadores en el área para ampliar esta lucha de clases contra los patronos de San Francisco? A pesar de las amenazas de despido y otras represalias, los activistas ven la necesidad de fortalecer la unidad con la membresía para movilizarse. Dado que la dirección sindical está del lado de los patrones, la base trabajadora no puede esperar a que haya una sanción legal en su favor. Los trabajadores de MUNI necesitan unirse en torno a la huelga masiva en unidad con los usuarios. La acción legal de la local sindical 250A le hace el juego a los patrones, es un callejón sin salida. Se necesita dirección comunista para luchar por el poder obrero y salirse de la corriente reformista, de donde los patrones siempre tienen la posibilidad de revertir las demandas ganadas.
“Sacrificio Compartido” Codifica La Discriminación Racial.
Actualmente, el 80% de los conductores de MUNI proceden de minorías: negros, latinos, asiáticos e inmigrantes; y desde la década de 1980 ha crecido el porcentaje de mujeres minoritarias y madres solteras. El racismo y sexismo ha sido siempre parte de las negociaciones del contrato y las elecciones municipales. Un conductor le dijo a Desafío:
“El racismo aquí es peor que el que experimenté en Alabama” No importa si Nate Ford es negro. Nate participó en la presente negociación y fue parte del equipo que contrató a una firma de relaciones públicas por $100.000 para filtrar durante las negociaciones historietas racistas atacando a los conductores, para poner a los pasajeros en su contra diciendo: “Los trabajadores de MUNI son groseros”,”son una carga para el contribuyente”, “Algunos ni vienen a trabajar y se les sigue pagando” y alentaron a los pasajeros a quejarse de los chóferes “que no hablan inglés”
El nuevo contrato en MUNI contiene muchos aspectos de racismo. La administración del transporte de S.F planea introducir más conductores de medio tiempo para eliminar nominas de tiempo completo (en un 7.5%) y reducir el pago a los conductores existentes. Anteriormente un empleo en MUNI era la oportunidad para mejorar el nivel de vida para negros, latinos, asiáticos, madres solteras y jóvenes inmigrantes, ahora empeoran sus condiciones de vida con pago de tiempo parcial pagando facturas de tiempo completo.
Los pasajeros se verán afectados con otros aspectos del racismo. El ahorro en costos de medio tiempo se obtendrá mediante la eliminación parcial del servicio durante el mediodía afectando a los usuarios de bajo ingreso, otro ejemplo de racismo institucionalizado. Las prioridades de tránsito serán las áreas de bienes y raíces. Las zonas donde viven las minorías y e inmigrantes serán sacrificadas para reforzar las líneas tróncales en horas pico que llevan al centro financiero. En el capitalismo las ganancias siempre son primeras. La administración de Muni, al igual que todos los sirvientes de la
clase capitalista, trabajan tiempo extra para dividir a los trabajadores con el racismo. A corto plazo esta estrategia da a los patrones cobertura para destruir el nivel de vida de los chóferes y para imponer cortes de servicio desiguales. A largo plazo su estrategia racista es arma esencial para mantener su sistema económico basado en las ganancias para unos cuantos. Victorias reformistas no pueden cambiar el sistema. Necesitamos una revolución comunista para remplazar al capitalismo con una sociedad dirigida por y para la clase trabajadora – donde el transporte masivo lleve y traiga a los trabajadores donde necesiten desplazarse.