PORT-AU-PRINCE, HAITI, JULY 21 — “Haití tiene una belleza precaria,” dijo un historiador de arte sobre la erosión de sus laderas, las calles de la ciudad que se  convirtieron en un gran mercado informal, su gente siempre en movimiento en la lucha diaria de alimentos. Sin embargo, Haití, en el último peldaño del capitalismo racista, tiene “la belleza” de los trabajadores que luchan con sus espaldas contra la pared.
Trabajadores del Hospital de la Universidad (HUEH)  dieron el ejemplo con una manifestación en frente del Ministerio de Salud, por impago de salarios,  exigiendo servicios de salud decentes para los pacientes y mejoras en las condiciones laborales de los trabajadores. Nuestro equipo médico del Proyecto de Verano del PLP vio la manifestación, y aprendido más de las enfermeras locales que trabajaron con nosotros. Los huelguistas son del Syndicat des Travailleurs de Santé (STS - Sindicato de Trabajadores de la Salud), un sindicato cuyo logotipo combina un estetoscopio con una fregona.
Hoy llevamos 50 alumnos de nuestro proyecto  de la escuela de la libertad,  trabajadores de la salud y los traductores de nuestra clínica médica quienes  marcharon en solidaridad con nosotros en la sofocante sala del sindicato STS. Nos dieron algunos de los pocos asientos y ventiladores, y nos miraban con expectación.
Carlos, el jefe de la comisión negociadora, explicó los problemas en HUEH, cuyo administrador vive en Canadá  con sus amiguetes, se le paga en dólares de EE.UU. En esencia, ellos han destruido el hospital.
Desde el terremoto, laboratorios, medicamentos, incluso los alimentos para los pacientes no están disponibles  o se les permite deteriorarse. Los trabajadores tienen que buscar comida para los pacientes. Los patrones permiten a pacientes, sin tener  los medios de cuidar de ellos. ¿Salarios? Tal vez.
Como dijo Charles, estos servicios  son terribles para los pacientes a  igual que las terribles condiciones de trabajo para sus cuidadores, además de la tensión de ser incapaces de proporcionar la atención necesaria.
El STS presidente, Milot, un médico, se retorcía las manos y con el rostro demacrado, mientras describía cómo los trabajadores se sentían, impedido por el uso de la  fuerza de los patrones y su sistema ,la  habilidad y creatividad para el tratar de otros trabajadores que los necesitan desesperadamente. Él y Carlos nos dieron las gracias por nuestra solidaridad más allá de los mares, con las manos agarrando un puñado de preciosos billetes de 20 dólares que donó al fondo.
Alguien empezó un canto en inglés, “¡Mismo enemigo, misma lucha! ¡Trabajadores del mundo unidos!” Nuestros anfitriones STS  tomó lo mejor que pudieron. Algunos de nosotros hemos perdido nuestras voces.
Un Asistente de Médico del Bronx describió las condiciones de su hospital públicos las cuales no han  mejorado  durante sus 30 años de servicio, en realidad en los últimos cinco años han  venido decayendo constantemente. Una profesora Dominicana, también del  Bronx, llamó a los trabajadores a la unidad de ambos lados de la frontera  que los jefes coloniales impusieron en la Española (para así crear la división que hoy existe). Un estudiante de México que trabajo en nuestra clínica agrego un saludo de los trabajadores de México.
Hicimos lo mejor que pudimos traduciendo Inglés y Español a francés, mientras  un amigo de Haití pudo ponerlo todo en creole. Dijimos que iniciaríamos  una campaña de cartas de apoyo desde los EE.UU. y en otros lugares, y tal vez piquetes en el consulado de Haití. Fue, hermoso - y luego nos topamos con nuestro camino de regreso a las calles “precarias.”
¿Qué es “la belleza”? Esto recuerda la pregunta común entre PLPeistas: “¿Qué es ganar?” en sí misma, es la lucha de los trabajadores, como escribió el poeta irlandés  Yeats, “una terrible belleza”, y no hay nada más feo que la derrota blanca y deprimida de la noche oscura del alma. Aunque  todas las luchas para las reformas se desvanecen, poco a poco si es que se ganan, y con una velocidad triste y terrible así  se pierden.
Lo que nuestra clase necesita en Haití es una revolución comunista. No vendrá demasiado pronto, pero se ve claramente como se  ve a un niño con hambre que devorar a los “braisées bananes”, las sobras de nuestro picnic el domingo pasado, en una playa pública como si fueran sagradas.
La belleza de nuestra clase revolucionarias debe venir de las necesidades de los huelguistas con trapeadores y estetoscopios y de la ira de los niños hambrientos. Debe venir del  partido comunista de todo el mundo. La verdad de las ideas de PLP y la fuerza de su organización internacional son la única respuesta adecuada a los delitos racistas que hoy enfrentan Haití.
Enviar cartas de apoyo a la huelga a Syndicat des Travailleurs de Santé, Siège Social HUEH, Rue Monseigneur Guilloux, Port-au-Prince, Haití