Tel Aviv, 6 de agosto — En creciente resistencia a las desigualdades del capitalismo, 300 mil trabajadores y estudiantes de todos los grupos étnicos y religiosos realizaron una manifestación en el centro de Tel Aviv, contra la escalada de precios. El movimiento que inició en demanda de vivienda, ha escalado a demandas de largo alcance que desafían la dictadura patronal. Con esta manifestación, el descontento ha alcanzado su punto más álgido, hasta ahora.
El telón de fondo de estas protestas es el rápido aumento del costo de vida y el deterioro del salario en Israel. Mientras que el régimen capitalista se mueve de una crisis a otra, siempre trata de resolverlas sacando más ganancias de la clase trabajadora. A pesar de la falta de vivienda digna, muchos desarrolladores de bienes raíces se abstienen de construir viviendas en las tierras que han adquirido, esperando que los precios suban para maximizar sus ganancias. Y, los trabajadores se han artado de esta situación.
El lema principal de los manifestantes fue “el pueblo exige justicia social”, acompañado por “el pueblo exige un Estado de Bienestar”.
Muchos también denunciaron al actual primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y su “puerco capitalismo” (como si nó todo el capitalismo fuera una porquería) Hubo, sin embargo, consignas mucho más militantes en algunas partes de la manifestación, sobre todo el bloque de la central sindical Poder Obrero, y una sección de trabajadores de todos los grupos étnicos de Jaffa. Sus consignas predominantes fueron “!Todo el poder a los trabajadores!”, “!Estado obrero - no Estado esclavista!”, “La respuesta a los recortes es: ¡revolución!”, Y  “el pueblo va a derrocar este régimen “ Si bien los dirigentes de este grupo en realidad buscan “reformas” cuando dicen “revolución”, muchos de los trabajadores de base realmente quieren un cambio significativo en la sociedad israelí. A algunos les gustaría que la clase obrera llegara al poder. En general, son muy abiertos a nuevas ideas sobre cómo y dónde llevar acabo esta lucha.
Muchos de estos manifestantes claramente se sienten  parte de la clase trabajadora. Durante décadas, los empresarios sobornaron a los trabajadores israelíes con unas cuantas migajas en su mesa y les convencieron de que eran una “clase media” con intereses diferentes a los esclavos asalariados de cuello azul. Pero a medida que estos trabajadores de cuello blanco han visto descender su nivel de vida, han entendido que también son explotados por una élite capitalista.
Ahora ven su verdadero lugar en la sociedad de clases - bajo la bota de los empresarios y su estado. Por primera vez en muchos años, las masas de árabes israelíes y Judíos marcharon juntos contra el gobierno capitalista, negándose a dejarse dividir por el racismo. Esta unidad necesita crecer y ampliarse. El camino a seguir es vincular el alza de los precios a la necesidad de los patrones de extender el fascismo en la Ribera Occidental y Gaza, donde los racistas asentamientos israelíes obtienen enormes subsidios del gobierno.
Nosotros, en el Partido Laboral Progresista damos la bienvenida a estas protestas masivas militantes de la clase trabajadora. Creemos, sin embargo, que una reforma “el estado del bienestar” no puede lograr una verdadera justicia social. Después de todo, los capitalistas están constantemente obligados a maximizar sus ganancias, y lo hacen robando a los trabajadores y derramando la sangre de los trabajadores en guerras por los recursos y mercados. La única solución es la revolución comunista de toda la clase obrera, para aplastar el poder estatal de los patrones, y reemplazarlo con un nuevo estado para los trabajadores, por los trabajadores y de los trabajadores.