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Proyecto del PLP en México: Transforma Ira de Trabajadores en Fuerza Revolucionaria

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07 Septiembre 2011 154 visitas

En la ciudad de México la mayoría de los trabajadores vivimos en barrios miserables que rodean la ciudad. En dos de ellos se concentró el proyecto de verano del partido, con la  participación de nuestros hermanos de otras partes del mundo y del magisterio. Tuvimos trabajo de agitación por medio de volantes, pero principalmente nos enfocamos en visitar a los lectores de Desafío y a sus familias. La construcción de una base en la clase trabajadora es la clave para la revolución comunista.
En la primer semana nos concentramos en un barrio cercano a la zona industrial más importante del centro del país, donde residen muchos obreros. Visitamos alrededor de veinte personas en sus trabajos y en sus hogares. En la mitad de los casos realizamos reuniones en las casas de los trabajadores, en las que participaban otros integrantes de sus  familias.
Las charlas que sostuvimos con nuestros amigos nos mostraron que los obreros industriales son clave para la revolución, en periodos de crisis el fascismo aplasta sus vidas y las de sus familias, la impotencia y la ira se pueden convertir en fuerza revolucionaria, si los comunistas estamos preparados para dirigirlos. Nos describieron como un obrero tiene que sobrevivir con un salario de 600 pesos a la semana, soportar los maltratos del patrón, insultos y frecuentemente hasta golpes. Los accidentes laborales son comunes y los patrones dejan a los trabajadores totalmente desprotegidos.
Un amigo nos contó que como a un obrero, las maniobras para construir la viga de un puente, le destrozaron el tobillo, los 400 pesos semanales con los que el patrón lo tiene registrado en el seguro social no son suficientes para su sobrevivencia. Sus compañeros, entre ellos el amigo del partido, se solidarizaron con él, pero como nuestros compañero les dijo “¿qué vamos a hacer con el siguiente?, esto no resuelve las cosas, tenemos que organizarnos”.
Otro obrero, con una sencilla pregunta, nos puso frente al desafío que tenemos “¿ustedes creen que el partido está preparado en éste momento para dirigir una nueva sociedad?” Tenemos confianza en que nuestra línea es correcta y nuestro partido fuerte, pero sin lazos estrechos con los trabajadores y experiencia organizativa, no podremos ser una alternativa para nuestros amigos.
La segunda semana realizamos las actividades en una comunidad al oriente de la ciudad, en donde el partido ha organizado a los vecinos para que luchen contra la negligencia de los gobernantes ante el inminente riesgo de inundación en el que viven y los altos cobros de los servicios, como el de la luz. Visitamos alrededor de 10 personas, distribuimos mil doscientos panfletos de Desafío y 2000 volantes para llamar a una asamblea de vecinos.
A la asamblea asistieron cerca de un centenar de colonos, participó un grupo de integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) para asesorar a los vecinos sobre como ampararse ante los excesivos cobros de luz. También informamos acerca de cómo los gobiernos de todos los niveles no se hacen responsables del problema.
La dirigencia del SME hizo una alianza con el PRI para que éste promueva la formación de una nueva empresa de electricidad que recontrate a los trabajadores despedidos. El oportunismo de la dirigencia se ve reflejado en el nivel político de su base. Durante la asamblea hablaron sobre la necesidad de que los vecinos luchen, pero al mismo tiempo piden que los colonos ataquen a los trabajadores de la empresa que los sustituyó en sus funciones y que confíen en la legalidad burguesa.
En una de las reuniones, uno de los compañeros, nos criticó la falta de artículos sobre México en el Desafío y se dijo dispuesto a ayudarnos a aumentar su difusión. Este proyecto sirvió para empujar la lucha contra nuestras debilidades, como la baja circulación de nuestro periódico y la importancia que tiene para los trabajadores.
Además del trabajo en esos dos barrios, el primer día del proyecto tuvimos una reunión con una pareja de lectores de Desafío y en otra ocasión visitamos a dos compañeros en una comunidad al poniente de la ciudad, en donde apoyamos una campaña de reforestación.
A la mayoría de las personas que visitamos, les entregamos una copia de Camino a la Revolución IV, los invitábamos a participar en las escuelas de cuadros y a que apoyaran o se unieran al Partido. Aunque ninguna persona decidió convertirse en militante, la mayoría mostró disposición de asistir a nuestras reuniones y ayudar a difundir el periódico.
Realizamos dos escuelas de cuadros, en donde participaron en total alrededor de 60 personas, de las cuales 10 asistieron por primera vez. Hablamos sobre economía política, fascismo y la necesidad de un partido comunista.
Los comunistas somos autocríticos, debemos reconocer que el proyecto tuvo fallas de organización, aun así, la habilidad de algunos camaradas y la infinita disposición de los participantes hicieron que se cumplieran las metas. Tenemos la tarea de reorganizarnos y aumentar nuestra dedicación. Gracias a nuestros camaradas por sus críticas y su paciencia.
Se desarrolló una gran camaradería entre los participantes en el proyecto, en el cierre del proyecto el canto de la internacional cimbró nuestras emociones, la unidad internacional que promueve nuestro Partido es la clave para que el comunismo triunfe. ¡Muerte al capitalismo! ¡Que viva el comunismo! ¡Hasta la victoria!