En diciembre y durante dos semanas Sudáfrica fue sede de la conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático, al que asistieron delegados de más de 190 países. Convocada con el propósito de poner fin al gas de efecto invernadero (GEI) que provoca el calentamiento global. El evento terminó en un episodio más de una larga serie de fracasos.
GEI amenazan a todos los trabajadores
El GEI proviene de la quema de combustibles fósiles: carbón, petróleo y gas natural. El calor queda atrapado en la atmósfera baja, lo cual ha aumentado más de un grado la temperatura de la tierra, y los negocios capitalistas, como es su costumbre, amenazan con calentarla aún más. El calentamiento global cambia los patrones de evaporación y precipitación, lo que ha provocado eventos climáticos extremos más frecuentes, como huracanes, olas de calor, sequías, inundaciones y nevadas severas en el invierno. El derretimiento de los glaciares y los casquetes polares, en particular Groenlandia y la Antártida, en última instancia poner en peligro a los países isleños y las ciudades costeras donde habita más del 10 por ciento de la población mundial, incluyendo 80 por ciento de las personas que viven en California. (Lea “El calentamiento global impulsado por el sistema de ganancias ... Solo el comunismo puede crear un mundo sostenible” en la revista El Comunista, invierno 2010) https://betalp01.com/the-communist/complete-issues.
Los patrones se enfrentan entre ellos en lugar de enfrentar el calentamiento global
Como de costumbre, la rivalidad entre capitalistas impidió cualquier acuerdo significativo entre los dirigentes de las naciones capitalistas. La línea se dibujó claramente entre las clases dominantes de los países industrializados y los de las naciones en desarrollo. Recientemente La Unión Europea exigió que todos los países compartan por igual la limitación de emisiones de GEI, a pesar de que los países industrializados son los que han producido la mayor parte de los GEI hasta la fecha. Los gobernantes de EEUU, por su parte, utilizan este problema para enfrentar y detener el rápido desarrollo económico de China, lo que conduce a estos dos rivales a la guerra por el control de las fuentes de combustible. La actual guerra de EEUU en Irak, Afganistán y Pakistán son guerras por el petróleo y el gas natural. Todos los imperialistas, sean de países industrializados o en desarrollo, están dispuestos a sacrificar la vida de millones de trabajadores para mantener su control.
La conferencia concluyó con otra promesa inútil, de reunirse posteriormente para llegar a un acuerdo. El mundo continúa calentándose y los más pobres continúan sufriendo la carga principal de los cambios climáticos. Sólo para encubrir el problema, y su culpabilidad, los países industrializados se comprometieron a apoyar con migajas a los países en desarrollo para hacer frente a los gastos de reducción de emisiones de combustibles fósiles.
La única alternativa establecida para los combustibles fósiles, que actualmente aportan alrededor del 85 por ciento de la energía del mundo, es la energía nuclear. Otras fuentes son mucho menos desarrolladas como la: eólica, solar, hidráulica, y geotérmica (aprovechando el magma subterráneo) Los combustibles fósiles significan alta rentabilidad para las empresas y los bancos por lo que los patrones seguirán luchando con uñas y dientes para evitar cualquier reducción en su uso.
Dada la competencia en que está basado el capitalismo y el imperialismo, hace que conferencias sobre el cambio climático, inevitablemente decepcionen a la clase trabajadora del mundo. Sólo cuando los trabajadores de todo el mundo tomemos el poder estatal, seremos capaces de detener y tal vez revertir el calentamiento global. Por eso es necesario una revolución comunista mundial, este es el objetivo del PLP. Únase a nosotros.