CIUDAD DE NUEVA YORK, 23 de enero — Una lluvia persistente de invierno no pudo doblegar el espíritu de 75 trabajadores y estudiantes que se manifestaron frente al edificio federal en Manhattan en apoyo a los trabajadores portuarios en Longview, Wahsington. Los manifestantes que pertenecían a una media docena de sindicatos y universidades, condenaron a la administración de Obama por ordenar que barcos y helicópteros de la Guardia Costera EEUU, escolten a buques que hacen entrega de granos en la nueva terminal de granos  propiedad del gigantesco consorcio de granos EGT.
EGT obtuvo $ 2.5 mil millones el año pasado, pero quieren ganar mucho más introduciendo un sindicato esquirol (Ingenieros de Operación Sec. 701) en su nueva terminal de Longview, rehusándose a contratar trabajadores sindicalizados en ILWU (Sindicato de Estibadores) que han estado trabajando en este puerto por 70 años. Se trata de un burdo intento de una empresa de mucho capital para destruir al ILWU. Si EGT tiene éxito, las empresas portuarias a lo largo de la Costa Oeste olerán sangre y contrataran trabajadores no sindicalizados.
El sindicato de estibadores enfrenta enemigos poderosos: a la policía y los tribunales que han arrestado a cientos de sus miembros por oponerse a los intentos de EGT, a la prensa corporativa que ha atacado su lucha, a la dirección del AFL-CIO, dirigida por el traidor Richard Trumka que se ha negado a apoyar a los trabajadores en Longview, reduciendo su lucha a una “disputa jurisdiccional”, y a la Junta de Relaciones Laborales (NLRB) que presentó un recurso contra el ILWU para evitar más protestas.
A pesar de estos obstáculos, los trabajadores siguen luchando, entendiendo que si pierden sería devastador para ellos. En julio, los trabajadores bloquearon el paso de los trenes a la terminal cargados de granos y 100 trabajadores fueron arrestados. En septiembre, 500 trabajadores en los  muelles desafiaron a la policía y tomaron control del puerto, deteniendo la carga y descarga de grano esquirol.
Muchos de nosotros en la línea de piquete, trabajadores de tránsito, maestros, y profesores, estamos trabajando sin contrato. Otros hemos sido obligados a dar concesiones en las revisiones contractuales. Nos solidarizamos, porque entendemos que nuestras luchas locales son parte de una guerra de clases más grande, entre una pequeña clase gobernante de propietarios y de polítiqueros que les sirven, por un lado, y la clase obrera por el otro. El Partido Laboral Progresista aporta a la lucha el entendimiento de que esta guerra sólo puede ser ganada por los trabajadores, tomando el poder estatal, y dirigir la sociedad no para el beneficio obsceno de unos pocos, sino para el beneficio de los trabajadores, y la creación de una vida mejor para la humanidad que trabaja.