Information
Imprimir

Francia: Trabajadores del Acero Batallan Contra Gobierno Socialista, Y Lideres Sindicales Traidores‘

Information
13 Diciembre 2012 114 visitas

Florange, Francia, 6 de diciembre. Cinco mil trabajadores siderúrgicos aquí, están luchando contra el cierre de la planta de acero ArcelorMittal, pero en cada paso se topan con la ley capitalista que busca maximizar ganancias aun pasando sobre los cadáveres de los trabajadores.
El día de hoy, trabajadores de ArcelorMittal en Fos-sur-Mer en el Mediterráneo bloquearon las entregas en solidaridad con los trabajadores siderúrgicos en Florange. Algunos turnos pararon e impidieron que rollos de acero salieran de la planta. Trabajadores siderúrgicos en la planta Basse-Indre de la misma compañía en la costa oeste fijaron el 10 de diciembre para iniciar una huelga contra la transferencia de sesenta puestos de trabajo a la planta de empaque Florange.
Mientras tanto, el sindicato ha estado poniendo su careta combativa mientras apela al gobierno para obligar a la empresa a mantener la planta abierta, exigiendo reabrir la negociación con ArcelorMittal. El líder sindical local, Edouard Martin, y una docena de dirigentes sindicales ocuparon brevemente la planta, amenazando con organizar una sentada en el interior, para hacer que la patronal se comprometiera a no apagar las válvulas de gas que mantienen los altos hornos en espera.
Martin condenó al gobierno francés por “traicionar” a los trabajadores, y agregó que “los que se supone nos iban a ayudar, nos están matando”. Pero son estos falsos dirigentes sindicales como Martín los que traicionan a los trabajadores. Una y otra vez trabajan para hacer que los trabajadores apoyen a un gobierno supuestamente neutral que nos protege de la clase capitalista, un gobierno que de ante mano nunca está “para ayudar” a los trabajadores.
Martin dijo: “Estamos solemnemente haciéndole un  llamado a usted, Presidente François Hollande, para que tome el asunto en sus manos.” Cuando en realidad el gobierno socialista Hollande sirve a la clase capitalista. Los trabajadores sólo pueden depender de su propia unidad y organización y en su lucha contra los capitalistas.
El año pasado, ArcelorMittal mantuvo ociosos dos altos hornos aquí debido a una sobreproducción. La anarquía del capitalismo lleva a los empresarios a aumentar la producción indiscriminada en períodos de auge y luego cierran plantas en épocas de reflujo. Mientras tanto, la planta de envases para la industria alimentaría, sigue funcionando porque es rentable.
Durante la reciente campaña de elección presidencial francesa, el socialista Hollande prometió a los miles de trabajadores del acero que, si era elegido, aprobaría una ley para obligar a “empresas grandes [las cuales] ya no quieran producir... a venderla”, por lo que las plantas no serán “desmanteladas”. Luego, después que Hollande fue elegido en mayo, una serie de promesas y declaraciones “militantes” de los dirigentes socialistas, fueron ignorados por la empresa (que emplea a 260.000 trabajadores en todo el mundo), alegando que la planta ya no era rentable. El 1 de octubre, ArcelorMittal puso los altos hornos de Florange en estado de alerta permanente, dándole al gobierno de Hollande 60 días para encontrar un comprador para el sitio.
Mientras tanto, el 6 de noviembre, el gobierno socialista anunció un “pacto de competitividad”, un “masivo y sin precedentes” regalo de 20 mil millones de euros ($ 26 billones) a los capitalistas. Dirigido a reducir el costo de mano de obra y aumentar la competitividad de las empresas francesas en contra de sus rivales imperialistas.
La medida exime a los patronos del pago de 20 mil millones de euros en las cotizaciones sociales de sus trabajadores con salarios más bajos. Será financiado con 10 mil millones de euros ($ 13 billones) del presupuesto Estatal 2014-2015 - acabando muchos programas de bienestar social - y por un aumento de 10 mil millones de euros (otros $ 13 mil millones) en impuesto al valor agregado. Esto principalmente será pagado directamente por la clase obrera.
Fingiendo ser duros con ArcelorMittal, el 22 de noviembre el ministro de gobierno para la renovación industrial anunció la nacionalización temporal de la planta, para dar más tiempo y encontrar un comprador. Pero esto no fue más que una amenaza hueca, dado que el primer ministro socialista Jean-Marc Ayrault admitió que la nacionalización de Florange habría costado al gobierno francés más de un billón de euros.
Su acuerdo “compromiso” ahora dice, (1) no hay comprador, (2) los altos hornos seguirán inactivos (3) a los 629 trabajadores de altos hornos se les ofrecerá jubilación anticipada o puestos de trabajo en otros sitios; y (4) los trabajadores de la planta de envasado deberán someterse a más explotación para aumentar su competitividad. Los falsos dirigentes sindicales no tuvieron más remedio que condenar este acuerdo que está alejado de las expectativas de los trabajadores. Pero el gobierno dijo que no habría renegociación del plan de rescate.
El capitalismo es en verdad el origen del problema, porque trata a los trabajadores como si fueran basura. Los capitalistas dicen que hay sobreproducción en esta planta porque no pueden vender el acero sin sacarle jugosas ganancias. Porque necesitan mantener su ganancia global por encima de la competencia feroz con los capitalistas de acero rivales, por eso se deshacen de esta planta en particular y sus trabajadores que han explotado durante décadas. Tanto los falsos dirigentes sindicales y su  gobierno socialista juegan con la vida de los trabajadores con su falsa combatividad que solo defiende el sistema de ganancias. Su postura absolutamente impide la verdadera solución: la revolución comunista para eliminar a los patrones y a su sistema opresivo y explotador.
Los trabajadores deben ser ganados a entender que el capitalismo no puede ser reformado, como está lucha de clases revela. Su esencia es la búsqueda de ganancias máximas, en contradicción directa con el bienestar de la clase trabajadora. Sólo los propios trabajadores, dirigidos por el Partido Laboral Progresista comunista, puede hacer una revolución que pondrá las fábricas de acero y toda la sociedad en manos de nuestra clase, que produce todo lo de valor.
[Información de última hora: El 7 de diciembre, ArcelorMittal acordó convertir en chatarra los dos altos hornos por seis años]