New York City, 28 de Diciembre — A más de 1000 personas, que quedaron desamparadas debido a la Súper tormenta Sandy, las trasladaron a unos hoteles en Manhattan después de pasar un par de semanas en varios refugios. En muchos casos los dejaron en la puerta de establecimientos elegantes, sin dinero, comida, ropa, cuidados de salud, o transporte. Con miles de apartamentos vacíos e inclusive más condominios de lujo vacantes, los patrones prefieren pagar $300 por noche al mes que poner a las familias en viviendas permanentes por un año.
Estos trabajadores, en su mayoría Latinos o Afro-americanos, que previamente habían recibido alguna forma de asistencia pública, ahora confrontan el desalojo de los refugios para desamparados. El racismo y el total desdén con que se les trata demuestran la naturaleza del capitalismo estadounidense.
Al principio, los desalojados tuvieron que rogar que las tiendas les dieran comida, mientras le pedían ayuda a la Cruz Roja y a otras agencias. Todos los rechazaron hasta que organizamos una pequeña protesta frente a la sede de la Cruz Roja. Recién entonces las 106 familias que conocemos recibieron $100 por persona al mes en cupones de comida y tarjetas para el metro hasta el 18 de Diciembre. El 2 de Enero, los cupones de comida caducan, y los que tuviesen cupones de comida no los pueden usar en midtown porque no los aceptan en la mayoría de tiendas. Los hoteles sacaron las congeladoras y micro-ondas de los cuartos, así que no hay manera de almacenar o re-calentar la comida o preservar los medicamentos como la insulina, por ejemplo.
No hay un “centro de recuperación” en Manhattan, donde varias agencias ayuden a los sobrevivientes. Nunca se identificaron centros de cuidado de la salud que no sean las salas de emergencia; no se establecieron centros para distribuir las donaciones de comida o ropa para ayudar a estas familias. La primera y muy limitada oficina de FEMA que se abrió aquí, está más que nada para ayudar a los pequeños negocios.
Las familias han buscado la ayuda de varios políticos locales, agencias y distribuidores de noticias. Todos expresan su simpatía o interés momentáneo, se toman fotos ayudando a las victimas y después no hacen nada. Se ha formado, sin embargo, un pequeño grupo de desalojados, sindicalistas, y miembros y amigos del Partido Laboral Progresista, que están tratando de establecer lazos con las familias mientras estas luchan para defenderse.
Hace una semana, los hoteles empezaron a desalojar a algunas de las familias a la calle, a pesar de que FEMA tiene la obligación de alojarlas hasta el 12 de Enero. Desalojaron a quince familias del Hotel Beekman cuando sus papeles de FEMA se retrasaron unas cuantas horas. El 27 de Diciembre desalojaron a una madre sola con cinco chicos y los enviaron a un refugio. Otras familias con niños pequeños confrontan desalojos el fin de semana de Año Nuevo, para darles espacio a los que iban a celebrar. A pesar que el municipio de Nueva York prometió trabajadores sociales hace varias semanas, ninguno se ha aparecido. Los que tenían alquileres subsidiados antes no han recibido ninguna guía para obtener ayuda con sus alquileres otra vez.
Nuestro grupo tuvo una protesta frente a las nuevas oficinas de FEMA. A pesar de lo reducido del grupo entramos audazmente a las oficinas de FEMA después de distribuir volantes afuera. Aunque nos amenazaron con arrestarnos, nos mantuvimos firmes y demandamos respuestas. Los empleados repitieron una y otra vez que FEMA sólo ofrecería asistencia individual para la vivienda, y se negaron a admitir responsabilidad por su propia política de hoteles.
Una familia que si fue en busca de ayuda individual terminó sentada en una oficina durante 30 minutos. Cuando salieron, explicaron que lo único que les dijeron fue que ¡llamaran al número telefónico de FEMA! Cuando uno llama al número de FEMA le dicen que vaya a las oficinas de FEMA.
Los sobrevivientes de Sandy entienden lo traicionero que son los políticos y el gobierno, todavía no ven la necesidad de derrocar este sistema para crear un mundo comunista donde las necesidades de los trabajadores son lo más importante y no el lucro. Seguiremos luchando contra los patrones y sus lacayos al lado de los trabajadores, que muy bien puede dar como resultado el reclutamiento de más luchadores en el PLP y la destrucción del capitalismo.