TÚNEZ. Esta ciudad, que fue el trampolín de la primavera árabe en enero de 2011, fue testigo de la erupción de manifestaciones masivas y una huelga general para protestar por el asesinato de un dirigente del partido de oposición, desafiando al gobierno islamista. Sin embargo, dos de los principales factores que llevaron a la insurrección de 2011, el desempleo masivo y la pobreza, siguen presentes, esencialmente porque su causa, el capitalismo, sigue gobernando. Estas condiciones siguen provocado protestas violentas, por lo que el gobierno mantiene en vigor el estado de emergencia.
La realidad expone la falsedad de los liberales en EEUU y en otros lugares, quienes etiquetaron la primavera árabe como “revolución.” Las revoluciones se producen cuando una clase oprimida derroca a la clase opresora.
La Unión General de Trabajadores Tunecinos ha llamado a la huelga general de un día para el 8 de febrero. Las universidades del país fueron cerradas hasta el día 11, porque la clase dominante no quiere correr riesgos. Los soldados fueron desplegados fuera de los edificios públicos principales Zarsis, Gafsa y Sidi Bouzid, donde las masas de trabajadores y jóvenes marcharon, gritando “asesinos”, acusando al partido islamista gobernante de estar detrás del asesinato.
Tras el funeral al que decenas de miles de personas asistieron, concientes de que era “una manifestación contra el gobierno” (el diario El Wonton, 2/9), helicópteros del Ejército comenzaron a sobrevolar Túnez y camiones militares fueron desplegados en las principales avenidas de la ciudad. Pero todo esto no impidió que los manifestantes jóvenes ocuparan las calles, enfrentándose con la policía anti-motines, sus macanas y gases lacrimógenos.
Como DESAFIO señaló en 2011, cuando los levantamientos se extendieron por todo el Oriente Medio, el hecho de que las rebeliones se limitaron a cuestionar las dictaduras de la región, llamando a “elecciones libres” y no se plantearon derrocar el capitalismo, significó que la explotación de la clase obrera iba a continuar. No hay elecciones que pueda cambiar esto, como los trabajadores y los jóvenes lo han constatado aquí, en Egipto, Libia y otros países.
La clase capitalista sigue teniendo el poder del Estado y lo utiliza para reprimir las rebeliones de masas, como está ocurriendo aquí. Sólo con una dirección comunista que destruya por completo el sistema de ganancias y a la clase capitalista, puede liberar a la clase obrera del infierno causado por este sistema.
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Túnez: ‘Revolución’ de Primavera Árabe se Volteó de Cabeza
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- 14 Febrero 2013 114 visitas