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Construyendo un Movimiento Fascista en Ucrania

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27 Febrero 2014 79 visitas

Mientras DESAFIO se imprime, la lucha entre las facciones imperialistas y sus aliados capitalistas en Ucrania están en constante movimiento.  La semana pasada, después de tres meses que explotaran las cada vez más militantes protestas, el presidente del país Viktor Yanukovych, fue removido del poder y corrido de la capital, Kiev.  Trabajadores armados se tomaron el opulento palacio del presidente, un monumento a la avaricia patronal.  Yanukovych, a quien se le acusa de “asesinato en masa” en conexión con el tiroteo de docenas de manifestantes, ahora es un fugitivo.  El parlamento dispuso nuevas elecciones para mayo, y los políticos cercanos a la Unión Europea dominan el campo.  Todos los principales candidatos esta aliados con las fuerzas fascistas locales
La siguiente fase de este conflicto es impredecible.   Una guerra civil – y la posibilidad de dividir Ucrania en dos o más estados – puede ser posible especialmente si Yanukovych logra amasar apoyo en su fortaleza en el este de Ucrania.  Otra posibilidad es la intervención de Rusia, donde los capitalistas representados por el presidente Vladimir Putin no pueden permitir que Ucrania este fuera de su esfera de influencia militar y económica.  Todos estos escenarios giran alrededor de los intereses en competencia de los súper poderes imperialistas y los patrones locales que los representan.  Sin un movimiento revolucionario por el comunismo, ninguno servirá los intereses de los trabajadores en Ucrania, la región o el mundo. 
Independencia Capitalista = Miseria de Trabajadores
Las protestas en la plaza central Maiden en Kiev, empezaron cuando Yanukovych cancelo un acuerdo comercial pendiente con la Unión Europea a favor de una alianza más cercana con sus patrones rusos y el plan de Putin para una Unión Económica Euroasiática.  Estas protestas salieron de la profunda ira por las condiciones de los trabajadores en toda Ucrania.  Poco después que el país votara por su independencia en los últimos días de la Unión Soviética en 1991, la riqueza se empezó a concentrar en un puñado de oligarcas, un grupo de hombres de negocios empresariales quienes hicieron inmensas ganancias durante la transición de un capitalismo de estado en Ucrania a una economía de mercado.  Para el 2008, según el Eurasian Daily Monitor, los 50 oligarcas más ricos controlaban 85% del Producto Interno Bruto del país.  La red de seguridad social fue destrozada.  Los salarios bajaron casi dos tercios.  Hoy, un tercio de la población vive bajo el nivel de pobreza.  El sistema de salud es un desastre, el índice de mortalidad de adultos es el más alto del mundo.  Reina la corrupción gubernamental.
Con la vida tan miserable bajo la influencia de imperialistas rusos, se habla mucho de revolución en Ucrania. Pero muchos trabajadores erróneamente miran hacia Europa o hacia la oposición fascista para resolver sus problemas.  La Unión Europea solo le ofrece más miseria a la clase trabajadora ucraniana.  Si la UE y el Fondo Monetario Internacional remplazan a Rusia inflando aún más la híper inflada economía ucraniana, la ayuda vendrá con muchas condiciones – las mismas políticas de austeridad que han devastado a los trabajadores griegos y españoles.
Energia y Oportunismo
El conflicto en Ucrania ha sido reportado en la prensa patronal de EEUU como una batalla por la democracia, los valores occidentales, y libertad de la autocracia y dominación rusa.  Los políticos, empezando con el Senador republicano John McCain hasta el presidente Barack Obama aplauden las manifestaciones que ocupan edificios gubernamentales, lanzan bombas incendiarias y asesinan y capturan a policías.  Obama llego a hasta amenazar con sanciones al gobierno ucraniano si no revierte las recientes legislaciones que restringen las manifestaciones.  
¿Qué está pasando realmente?  Ucrania ha sido, por mucho tiempo, de vital interés para los patrones rusos, antes y después de su supuesta independencia.  Las provincias orientales fueron antes la canasta de comida de la Unión Soviética, millones de rusos se asentaron ahí después de la hambruna de 1933.  El ruso sigue siendo el primer idioma para muchos en el área, y generalmente apoyaron a Yanukovych en pasadas elecciones.  
Viéndolo así,  los esfuerzos de los gobernantes alemanes y estadounidenses de tratar de meter a Ucrania a la UE es un intento para debilitar el imperialismo ruso mientras explotan el fértil suelo agricultor y a los trabajadores de ese país.  Las oportunidades de ganancias sacadas de la energía también son inminentemente grandes.  Como el acuerdo, apoyado por EEUU, de la Shell Oil, el año pasado (con Yanukovych) para explorar los recién descubiertos depósitos de gas en Ucrania.   La explotación exitosa de estas reservas, estimadas en cuatro billones de pies cúbicos de gas, podría permitir que Ucrania reduzca su dependencia energética de Rusia.  Los actuales planes de la Shell y Ucrania incluyen exportaciones a Europa Occidental para el 2020, directo desafió al dominio energético del imperialismo ruso en la región.  
El movimiento de oposición, Euromaidan (ver recuadro para más detalles) es pro EEUU y quiere minimizar la histórica relación de Ucrania con Rusia.  Entre quienes lo proponen se encuentra el antes primer ministro Yulia Timoshenko, liberado de la prisión la semana pasada y ahora posible candidato a la presidencia en mayo.  Timoshenko es un oportunista de rango, mantuvo estrechas relaciones con Putin en el pasado pero ahora apoya a los capitalistas europeos y estadounidenses en competencia por el dominio de Ucrania.
Los eventos de la semana pasada en Kiev muestran el inmenso poder de la clase trabajadora. Pero solo la revolución comunista, no las revueltas dirigidas por fascistas, pueden llenar las necesidades de los trabajadores.  Mientras los trabajadores se revelan en el mundo, debemos construir un partido internacional comunista, el Partido Laboral Progresista, para convertir las rebeliones en revolución y aplastar el capitalismo de una vez por todas.