La hipocresía de la administración Obama esta por los cielos.  Obama acusa al presidente Putin de Rusia por “violación de la ley internacional” por apoderarse de Crimea en el conflicto con Ucrania.  Su Secretario de Estado, John Kerry, acusa a Rusia de estar “en violación directa de la ley internacional.”  Su vocero, el New York Times (3/3) dice que Putin “pasó los límites del comportamiento civilizado.”  Y la Unión Europea (UE) apoya a EEUU hasta el final “en defensa de los valores occidentales.”
Aunque el DESAFIO no tiene simpatía por  Putin, el envío de sus tropas a Crimea no es nada comparado con las acciones – actuales e históricas – de los gobernantes de EEUU junto con Francia, Gran Bretaña, y Bélgica, y otros miembros de la UE. Mientras Obama posa como sheriff global de parte de la “ley internacional,” en realidad debería llamársele forajido-en-jefe del mundo.  Bajo el capitalismo e imperialismo, la “ley internacional” significa la ley de la jungla.  Representa todo lo que los poderes capitalistas puedan conseguir, especialmente a través del uso de la fuerza militar.
Guerra del Terror, Un Deber Presidencial
El pasado octubre el servicio de noticias McClatchy reporto que “La administración Obama violo la ley internacional con sus operaciones de asesinatos dirigidos que cobraron docenas de vidas de civiles en Yemen y Paquistán.”  Y Karen Greenberg, directora del Centro en Seguridad Nacional de la Escuela de leyes de la Universidad Fordham, indico el alcance del continuo desdén del gobierno de Obama por la “ley internacional”:
“Según el Senador Lindsey Graham…, la administración Obama ha asesinado a 4,700 individuos en numerosos países, entre ellos Paquistán, Yemen y Somalia.  Obama exitosamente ha incrustado el proceso de asesinatos por drones dentro del ejecutivo de tal manera que cualquier presidente futuro lo heredara, junto con la “lista de asesinatos” de la Casa Blanca y sus reuniones de Terror de los martes.  La guerra sin límites es ahora parte de lo que significa ser presidente.”
La maquinaria de guerra de Obama protege 1,000 bases en el mundo, además de las fuerzas especiales para asesinatos dirigidos.  Pero, esta administración solo sigue las políticas de los gobernantes de EEUU para mantener su estatus de gran jefe, especialmente para controlar el flujo de gas y petróleo, el cual está detrás de muchas de sus invasiones.  Casi no ha pasado un año en el siglo 20 y entrado el siglo 21 que el Pentágono y la CIA no han estado involucrados en una invasión para derrocar gobiernos o magnicidios.  Empezando en 1898 cuando se apoderaron de Cuba y las Filipinas (en donde por primera vez usaron la tortura de ahogamiento y asesinaron a miles “fuera de los límites de comportamiento civilizado”), de ahí a Centro y Sudamérica en la primera mitad del siglo 20 y después su estilo de garrote en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial.  
La Maquinaria Militar de EEUU    Sigue en Marcha
Sus “infracciones” de la inexistente ley internacional incluyen; el derrocamiento del gobierno electo de Irán y la instalación del dictador Shah; derrocamiento del gobierno electo de Guatemala, causando 100,000 muertes; la invasión de la Republica Dominicana para eliminar un presidente electo que no quería doblegarse a los deseos de Wall Street; las masacres anti-comunistas apoyadas por la CIA de más de un millón de trabajadores en Indonesia por el gobierno del dictador Suharto; la invasión de Vietnam y los bombardeos a Camboya y Laos, un fracaso que dejo cinco millones de muertes en un lapso de diez años; la invasión de la pequeña Granada que supuestamente tenía un gobierno “marxista”; el asesinato de Patrice Lumumba en el Congo; el golpe, inspirado por la CIA-Henry Kissinger, del gobierno electo de Salvador Allende en Chile y la toma del poder por el fascista Pinochet; la campaña de $30 mil millones de la CIA para que Paquistán invada Afganistán y contrarreste la presencia soviética ahí (lo que llevo a que el Talibán tomara el poder y el entrenamiento de Osama bin Laden); el apoyo y armamento para los fascistas escuadrones de la muerte en Nicaragua y El Salvador; la invasión de Panamá para sacar a los japoneses y su banca; los bombardeos en grande de Yugoslavia asesinando a miles y destruyo gran parte de infraestructura; la invasión “shock and awe” [conmoción y sorpresa] de Irak – con el pretexto de las inexistentes armas de destrucción masiva, asesinando a cientos de miles y desplazando a cuatro millones, dejando en el país un desastre de asesinatos diarios; la invasión de Afganistán, clave para el petróleo y gas de Asia Central; el despliegue de la marina de EEUU alrededor de Haití y el apoyo a las fuerzas de la ONU en ese lugar, manteniendo a los trabajadores quietos; y ahora la invasión de las Fuerzas Especiales de EEUU en el sur de Libia para luchar contra “enemigos” en cuatro países africanos adyacentes.
Todas estas “infracciones” ocurrieron bajo la sucesión de estos presidentes de EEUU: Eisenhower, Kennedy, Johnson, Nixon, Carter, Reagan, George H. W. Bush, Sr., Clinton, George W. Bush, Jr., y ahora Obama.  Comparado con este record, Putin es un simple pelagatos.  
La UE No Se Agacha
Pero los capitalistas de la UE, aunque no estén a la medida de EEUU, no se agachan tampoco.  Los imperialistas franceses se involucraron en la masacre y tortura de decenas de miles en su carnicería en Argelia.   Ahora tiene tropas en media docena de países africanos para proteger sus inversiones en estas antiguas colonias francesas.  El rey belga Leopold perpetro un holocausto en el Congo, asesinando y mutilando hasta 15 millones de trabajadores y campesinos.  
Por dos siglos, los capitalistas británicos pisotearon África central (Kenia, Uganda, Tanzania, entre otros), Sudáfrica e India.  Estos son los “valores occidentales” que ellos protegen en Ucrania, en donde la gente sufre de un derrocamiento dirigido por nazis de otro autocrático gobierno, protegido por el Zar Putin.  
Es hora que la clase trabajadora internacional ponga un fin al hipócrita-en-jefe Obama, sus aliados capitalistas y al fascista Putin.  Solo una revolución comunista puede destruir este variado grupo de “infractores” y poner a nuestra clase al mando.