Brooklyn, NY – Junio 2014 — El primer aniversario de la muerte de Kyam Livingston será el 21 de Julio.  Como miembros del Partido Laboral Progresista dentro del comité Justicia Para Kyam, debemos pensar en dos cosas.  Lo más importante es cómo avanzar las ideas sobre la necesidad de construir un partido y continuar la lucha y consiguiente revolución para cambiar la naturaleza de la sociedad en la que vivimos – de una sociedad patronal letal para la clase trabajadora a una que sea dirigida y para la clase trabajadora.
Un mes antes del aniversario del asesinato de Kyam, el 21 de junio, tuvimos una manifestación y conmemoración de su vida.  Tuvimos buenos oradores, se distribuyeron 200 DESAFIOS y cientos de volantes.  La gente se aglomeraba en la calle para escuchar a los oradores.  Todos hablaron de una forma u otra sobre el sistema capitalista inhumano y de sus tropas de choque – la policía racista, que infringe terror donde quiera que vaya.  
Kyam fue asesinada por la negligencia racista hacia los seres humanos encarcelados.  Las únicas palabras de consuelo que escucho fueron de sus compañeros de la clase trabajadora en su celada.  De la policía solo escucho, “Cierra la maldita boca, o perderemos tu papeleo.”  
Mientras los oradores hablaban sobre el sistemático asesinato de trabajadores por el sistema, un orador del Partido Laboral Progresista señalaba la necesidad de empezar a entender que la única manera de lidiar con estos asesinatos es, eventualmente, destruyendo su sistema asesino con una revolución comunista.  
La manifestación fue más grande que el mes pasado.  La mamá de Kyam parece determinada a llegar hasta las últimas consecuencias para hacer justicia por el asesinato de su hija, y aunque era su cumpleaños, se quedó en la manifestación.  Después tuvo un picnic afuera de su edificio.
Dos de Kyam, cantaron “Feliz Cumpleaños” en el picnic.  Había mucha alegría mezclada con rabia y tristeza.  Es el deber de los comunistas trabajar con los trabajadores para demostrar que somos serios en nuestro compromiso de cambiar esta sociedad hacia una en donde las masas  y no los avariciosos patrones hagan las reglas.  El camino para llegar es difícil.  Nunca permitamos que los gobernantes se olviden del asesinato de Kyam Livingston.