Critica del libro: Blood Lies: The Evidence That Every Accusation Against Joseph Stalin and the Soviet Union in Timothy Snyder’s Bloodlands Is False, (La evidencia que todas las acusaciones contra José Stalin y la Unión Soviética en el libro Bloodlands de Timothy Snyder es falsa) por Grover Furr
Desde los días de Carlos Marx, los capitalistas en todos lados han tratado de convencer a la clase trabajadora global que el comunismo es su enemigo. Para quienes rehúsan tragarse esa ficción, nos dicen que es imposible – que la naturaleza humana es intrínsecamente egoísta.
Pero los capitalistas están viendo su horrible reflejo en un espejo. Es el capitalismo, el impulso competitivo por más ganancias, la que convierte en explotadores egoístas a algunos. Es el capitalismo que viola los derechos de todos excepto por unos cuantos de elite.
El concepto básico del anticomunismo ha sido, por mucho tiempo, el cuidadosamente construido y ampliamente creído, mito de que José Stalin – líder de la Unión Soviética por casi 30 años, hasta su muerte en 1953 – era un tirano, un dictador, un anti-semita, un asesino de masas. En otras palabras, un monstruo. Un sin número de historiadores y escritores presumen que esta posición generalizada puede ser cierta. Cualquier escritor que la cuestione pone en peligro su reputación, empleo, promociones, publicaciones, y a veces su propia seguridad. Este es el poder de un paradigma entre la seguridad de la clase capitalista y su derrocamiento.
Luchando Contra las Mentiras Anticomunistas
Grover Furr, un profesor de Inglés Medieval en la universidad Montclair State en Nueva Jersey, se ha sobrepuesto a estos miedos para escribir su tercer libro sobre Stalin. Entre la basura de las falsedades anticomunistas, Furr es un cuenta-verdades prolífico. En Blood Lies despedaza otro libro: Bloodlands:Europe between Hitler and Stalin, (Europa entre Hitler y Stalin) por Timothy Snyder, un historiador de la universidad de Yale. El libro de Snyder fue publicado por la comercial Random House, no por la imprenta de la universidad, fue promocionado para una gran audiencia. Su autor es un mentiroso que esconde su extrema tendencia anticomunista detrás de su brillante reputación académica. Esa tendencia lo lleva a constantes distorsiones, siempre contra el liderato soviético.
En más de 400 páginas, Snyder trata de mostrar a un Stalin un poco menos diabólico que Hitler, y que ambos colaboraron para asesinar a decenas de millones de europeos orientales y ciudadanos soviéticos. Las fuentes de Snyder son en su mayoría escritores rusos o de Europa Oriental con tendencias fascistas y que son extremadamente anti-comunistas y antisemitas. En general, como los actuales gobernantes de Ucrania, ellos son los descendientes y admiradores de los colaboradores nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
Furr empieza su exploración de Bloodlands asumiendo que algo debe ser cierto. Pero termina descubriendo y probando, que el libro de Snyder es pura ficción de principio a fin. En una investigación exhaustiva de las fuentes de Snyder, encuentra que muchos de ellos dicen lo que Snyder dice que dicen, o que Snyder omitió cualquier pasaje que contradiga su tendencia anti-Stalin. En otros casos, las fuentes mismas están equivocadas. En algunos puntos, como muestra Furr, Snyder es ignorante y en toros pone en claro que Snyder miente deliberadamente. Como otros trabajos similares por otros autores anticomunistas, Furr dice que Bloodlands, es “propaganda con pie de página.”
El Engaño de la Hambruna “Sintética”
Por ejemplo: Snyder dice que la hambruna de 1932-3, se centró en Ucrania pero afecto otras partes de la Unión Soviética y es responsable por varios millones de muertes, fue una trama del liderato soviético para dominar a los campesinos y colectivizar la agricultura. Furr muestra, usando a tres expertos de la agricultura, que en los anteriores mil años, las hambrunas han ocurrido en esa región cada dos a cuatro años. La hambruna de 1932-3 fue excepcional porque la colectivización ( y el desposeimiento de los ladrones propietarios y los campesinos ricos) la convirtieron en la última hambruna en la Unión Soviética o Rusia hasta hoy. Todo el crédito se le debe dar al liderato soviético, incluyendo a Stalin. Pero esta historia es omitida en la versión de Snyder y en toda la otra propaganda anticomunista, con o sin pie de página.
En realidad, la colectivización, por siglos, ha sido practicada espontáneamente por campesinos pobres para protegerse contra las inclemencias del tiempo y los fracasos de cultivos. Bajo los soviéticos, la colectivización fue responsable de la producción de suficiente alimento para las ciudades y el campo. Aseguro la rápida industrialización que mecanizo la agricultura, proveyendo aun mas alimento para la exportación. También produjo los tanques, armas y aviones que ayudaron a destruir a los invasores fascistas de Alemania y Japón, aplastando su sueño de conquista y esclavitud de Europa y Asia.
Un segundo ejemplo: Snyder argumenta que cientos de miles de inocentes ciudadanos soviéticos fueron asesinados sistemáticamente a fines de la década de 1930 por Stalin y el liderato soviético. Cientos de miles si fueron asesinados sistemáticamente, pero Stalin y el liderato no fueron los asesinos en serie. Los culpables, como muestra Furr, fuer la policía traicionera de asuntos internos (NKVD), dirigidos por Ezhov y Yagoda. Durante meses se cubrieron entre las numerosas conspiraciones que trataban de derrocar al estado soviético y asesinar a Stalin y sus aliados. El par condeno y ejecuto a mucha gente inocente como conspiradores. Su meta era crear una gran oposición contra el joven estado socialista y sus líderes para que las masas se alzaran y dieran la bienvenida a los invasores alemanes y japoneses. Cuando su complot fue descubierto, fue rápidamente terminado. Ezhov y Yagoda fueron juzgados, condenados y ejecutados por el liderato soviético, incluyendo a Stalin.
¡Compren Este Libro!
Los tres libros de Furr sobre la historia de Stalin y la Unión Soviética, junto a numerosos artículos y ensayos, están disponibles en esta página: http://msuweb.montclair.edu/~furrg/. La ventaja de Furr sobre la mayoría de los historiadores es que lee y escribe ruso, polaco, y ucraniano. El utiliza los documentos rusos recientemente desclasificados sobre la era soviética a los cuales la mayoría de los occidentales no tienen acceso.
Un trabajo denso y detallado, Blood Lies es una buena lectura. Este y otros libros de Furr, Khrushchev Mintio y El Asesinato de Sergei Kirov, son importantes para quienes luchan por el comunismo. Leer estos libros y persuadir a otros para que los lean podría ayudar a convencerlos a unirse al Partido Laboral Progresista y construir un mundo comunista.
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- 30 Octubre 2014 101 visitas