DETROIT, MI 7 de Febrero — Miles de trabajadores aquí, empleados y desempleados, jubilados, desamparados o minusválidos, se vieron obligados a comparecer en audiencia ante el Condado de Wayne para tratar de no perder sus casas por los embargos. La mayoría son negros. Hubo tantas notificaciones de embargo que la audiencia se tuvo que hacer en el Centro Cobo, donde sólo hace dos semanas la racista patronal automotriz gastó millones para presentar sus nuevos modelos de autos en la presentación anual del automóvil.
Más de 62,000 propiedades en Detroit se ven amenazadas por los embargos debido a que los propietarios están atrasados tres años en los pagos de impuestos a la propiedad. Se estima que 20,000 familias son propietarias y viven en sus casas, mientras que 29,000 familias alquilan casas de las que no son dueños. Las otras 13,000 propiedades son lotes baldíos. La población total de Detroit es un poco menos de 700,000.
“Tenía el corazón acelerado – me asusta”, dice Rebecca Miles, que explica que la casa está a su nombre después que murió su madre pero no había podido pagar unos $3,000 de impuestos. En todo el vecindario del East Side han llegado [notificaciones de embargo], cuenta su esposo, Michael Miles. “Afectó a toda la cuadra”, dijo. “Están echando a la gente…” NY Times, (30/1)    
Cuando la industria automotriz de EEUU dominaba el mundo, y la UAW tenía casi un millón de miembro y lideraba huelgas nacionales para ganar reformas importantes para su membresía, Detroit tenía el más alto porcentaje de propiedades privadas en los EEUU. Pero esas reformas se forjaron apostando por el éxito patronal. Como toda reforma bajo el capitalismo, en el mejor de los casos, son transitorias y los patrones empiezan a buscar la manera de eliminarlas desde el día en que se conceden. La única garantía a largo plazo que tienen los trabajadores de cualquier parte del mundo es aplastando el sistema racista de lucro con la revolución comunista, y reemplazando a los patrones y banqueros por una sociedad comunista administrada por la clase trabajadora.
Detroit ha estado en decadencia en las últimas décadas debido al decaimiento de la industria automotriz de EEUU y a las concesiones que por décadas hiciera la UAW para salvar a los patrones. Con la crisis económica del 2008, Obama, Wall Street, la patronal automotriz y la UAW “reestructuraron” la industria, lo que costó miles de empleos, docenas de cierres de fabricas y el corte de los sueldos de los nuevos trabajadores a la mitad, y contribuyó a los 70,000 embargos hipotecarios entre el 2009 y el 2014.
Durante este periodo, la ciudad se declaró en quiebra, y le puso la mira a la pensión de los trabajadores para rescatar a los banqueros billonarios. Ahora que la patronal automotriz tiene ganancias billonarias, y el municipio ya no está en quiebra, todavía se ve un número inigualable de embargos hipotecarios.
El verano pasado mismo, les cortaron el agua a miles de residentes porque estaban atrasados tres meses en los pagos de servicios. Una lucha masiva detuvo temporalmente los cortes de agua, a pesar de que continuaron después. Detroit representa la ruina del acortado Siglo Americano que iba a venir después de la Segunda Guerra Mundial. La población negra ha sido duramente golpeada por los patrones, que ya no pueden ofrecer los servicios básicos, escuelas, hospitales y bomberos. Esta población se ha visto traicionada por los líderes sindicales, religiosos y el Partido Demócrata, y ahora se han convertido en refugiados económicos, echados a la calle por miles de miles. Si no estás seguro que nos hace falta el comunismo, solo mira lo que pasa en Detroit.