Um al-Hiran, Israel/Palestina, 18 de enero—A primeras horas de la mañana, un cuerpo grande policíal llegó a Um al-Hiran, un pueblo beduino “no reconocido” en el Negev (Israel/Palestino sureño) para demoler el pueblo y desalojar a los residentes de su tierra.  La policía ha hecho esto repetidamente durante los últimos años para establecer una ciudad para gente judía rica del extranjero, que será llamada “Hiran”.  La policía ataco con violencia brutal y fuerza masiva.  Asesinaron a Yaqoub Mousa Abu al-Qia’an, un maestro Beduino del pueblo, e hirieron a muchos residentes y activistas, incluyendo dos miembros del Knesset (cuerpo legislativo en Israel) de la organización izquierdista “Joint List”.  La policía estuvo armada como que iban a una guerra con armas pesadas y equipo de protección corporal.  Antes de las demoliciones, la policía bloqueo los caminos que conduce al pueblo y trataron de parar a los activistas que llegaban a dar ayuda a los residentes.
Para ocultar este asesinato racista, la policía rápidamente marco a Yaqoub Mousa Abu al-Qia’an como un “terrorista”.  El cuento que dieron era que él estaba manejando una troca durante la demolición de su pueblo, en lo cual uso para a tropezar y matar a un policía.  El entonces fue matado por fuego policial.  El gobierno afirmo que este fue un “ataque terrorista”, dirigido a la policía.  Sin embargo, la autopsia de Abu al-Qia’an revelo las mentiras flagrantes del régimen.  La policía le disparó primero, causando que el perdiera control  de su camión y en cambio le pego a la policía.  Entonces le dieron tiro otra vez.
Los ataques enfureció a la gente por todo el país.  Esa misma noche, los activistas salieron a protestar en Tel-Aviv, Jerusalén y otras ciudades.  El próximo sábado, los activistas – ambos judíos y árabes – vinieron a Um al-Hiran para mostrar su solidaridad con los residentes.  Se hizo todo esto desafiando el gobierno y su difamación de los Beduinos.  La estrategia patronal principal es de dividir y pacificar la furia de la clase trabajadora en poniendo la culpa a los más vulnerables.  Tenemos que rechazar estas ideas patronales en construyendo la unidad multi racial, como los trabajadores lo hicieron aquí.
Estos eventos son típicos del gobierno israelí.  Por décadas, su póliza sionista ha sido lo mismo: darles a los judíos toda la tierra posible, y quitar de los árabes toda la tierra posible.  Cuando los árabes tratan de resistir, el régimen los marca como “terroristas”.  Compare este desalojo a como el gobierno israelí quiere “desalojar” a los colonizadores de Amona (una colonización Cisjordania descaradamente ilegal) a un cerro cercano, después de haber sido demandados por construir en (robado) tierra privada Palestina.  Cada familia colonizadora recibirá 2 millones NIS ($500,000) de compensación, y nadie estará disparándolos.   Esta hipocresía es el racismo funcionando, así de siempre.
Sin embargo, los patrones israelís también usan la misma táctica contra los trabajadores judíos para enriquecerse.  En 2015, la policía israelí violentamente desalojó a familias de clase trabajadora del barrio de Givat Amal Bet en Tel-Aviv.  El billonario magnate de bienes raíces, Yizhak Tshuva, compro la tierra – antiguamente tierra estatal – y decidió construir torres de lujo en la tierra.  Los trabajadores judíos, alojados por el gobierno desde el 1948, eran un obstáculo, pues el mando a la policía para expulsarlos  violentamente, sin que ellos tuvieran una alternativa  de alojamiento.
Es por eso que los trabajadores judíos y palestinos (incluyendo a los Beduinos) se unan contra esta política racista y para defender los derechos de hogares de todos los trabajadores.  Los que deben de ser desalojados de esta tierra son los magnates, los fascistas y la policía.  Mientras exista el capitalismo, la justicia para los trabajadores es solo un sueño imposible.  Necesitamos continuar  en la lucha desenmascarando este sistema racista y luchando más por la unidad multi racial, revolucionario, de clase trabajadora.