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Texas: Patrones atacan victimas de huracanes

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10 Noviembre 2017 76 visitas

Dos meses después de la devastación del Huracán Harvey, la serie mundial [de beisbol] ha puesto a Houston de nuevo en perspectiva. La mayoría de la vida en la ciudad parece haber vuelto a lo normal.
El eslogan de “Houston Fuerte” que fue empujado como secuela de la tormenta que ahora ha alcanzado un estado de agitación extrema con el triunfo de los Astros. Este eslogan encubre las causas capitalistas del desastre y esconde la crisis continua que encaran los obreros que fueron a los que el huracán golpeo mas duro.
A pesar de que es un desastre natural, las leyes del capitalismo están al centro de lo que causo la catástrofe del Huracán Harvey.
La población de Houston ha crecido rápidamente en las últimas décadas y constructores que buscan maximizar ganancias han tomado ventaja completa de las leyes de poca regulación de construcción en Houston. La falta de leyes de zonas en Houston no requiere que los constructores usen prevención de inundación como zonas verdes o retención de lagunas para compensar su construcción. Y con la explosión de vivienda urbana cerca del centro de la ciudad y el crecimiento no regulado fuera de la ciudad, hay muy poco terreno que quede para absorber el agua de inundación en un evento de lluvia como Harvey.
Además esta la vetusta infraestructura de protección de inundación de la ciudad. El sistema de pantano en Houston no es capaz de contener tormentas grandes que han golpeado la ciudad en los últimos años y la construcción a su alrededor les ha dejado poco espacio para agrandar su sistema de pantano.
Las represas de Addick y Barker, las únicas dos represas en la ciudad de contener el agua de
tormenta, tienen 70 años y desesperadamente necesitan actualización. A finales de los 2000s los Ingenieros del ejército evaluaron las represas de Houston y desagües como infraestructuras como “extremadamente de alto riesgo”. Como la mayoría de EE.UU., la infraestructura se esta pudriendo mientras los patrones desvían billones a sus guerras imperialistas en el Medio Oriente, África y alrededor del mundo.
En el medio de la tormenta, no fue el gobierno el que salvo a la gente pero mas bien fue el ejercito multirracial de obreros quienes se organizaron para salvarse a si mismos y a sus compañeros obreros. Imágenes en particular de obreros blancos con acceso a botes pesqueros y grandes camiones rescataron a compañeros obreros asiáticos, latinos, negros y blancos demostrando el potencial de unidad multirracial entre los obreros.
A pesar de esta muestra de unidad multirracial de la clase obrera, la narrativa de los medios fue nacionalista de “Houston Fuerte” cuenta que promueva una versión completamente patriótica de los rescates.
Encima de la narrativa de “Houston Fuerte”, los medios inyectaron su dosis usual racista de cobertura de “saqueos”. En la cumbre de la tormenta, Reuters publico una historia declarando, “Houston golpeado por la tormenta tambalea por el influjo de evacuados, estallido de crimen” citando un “estallido de saqueos y robos armados”. Los “saqueadores” en estas historias casi siempre se presumían jóvenes negros. A pesar de aparecer en noticias internacionales, no había evidencia de “estallido de crimen” para apoyar esta declaración.
De hecho, la tasa de crimen actualmente bajo durante el huracán comparado al año pasado (kut.org).
Mientras un montón de tweets y noticias falsas etiquetaban jóvenes negros como “saqueadores”, la realidad fue que jóvenes negros y latinos fueron los que mas fueron devastados por el huracán. El tiempo que pasamos como voluntarios en los centros de evacuación se volvió obvio que a pesar de la propagación del desastre natural, fueron los obreros pobres negros y latinos quienes carecían de fondos y red de seguridad que les causo a terminar en centros de evacuación.
El racismo estructural de este sistema capitalista significa que los obreros pobres negros y latinos quienes viven en los barrios más pobres, segregados en la ciudad y sus escuelas son las que tienen menos fondos y quienes sufren el choque de estos desastres capitalistas. Los centavos que FEMA les ofrece a las familias quienes tienen el tiempo y energía para navegar por los obstáculos burocráticos de FEMA son casi nada para cubrir unas cuantas cuentas mucho menos recomenzar una vida. Y para los obreros indocumentados, el miedo a la deportación les ha prevenido a muchos de buscar asistencia del gobierno, profundizando su situación ya desesperada incluso más. Desastres como Harvey solo profundizan el racismo estructural que ya existe bajo el capitalismo.
El ser voluntarios en el centro de evacuación y trabajar con el sindicato de maestros para ayudar los maestros y a sus familias a limpiar sus casas, tuvimos la oportunidad de crear lazos con compañeros obreros y de discutir las maneras en las cuales el capitalismo convierte el desastre natural a una catástrofe hecha por el hombre. Ahora que comenzaron las clases, estamos mirando trabajar con estudiantes y sus familias a largo tiempo para denunciar este sistema racista capitalista y para construir un movimiento de lucha para destruirlo.