Cuando el presidente estadounidense Donald Trump llego a Asia, en su recorrido de doce días a cinco países, marco un punto de inflexión a la ascendencia de China, el declive relativo de EE.UU. y la agudización de su rivalidad inter-imperialista. Cuando Trump dice “América regreso” (The Guardian 17/11), es mas una ilusión que una realidad. Su intento de apaciguar su alienada base trabajadora con una línea dura en el comercio y con Corea del Norte, sonó hueco. El creciente poderío económico, militar y político de China la impulsan, mientras que EE.UU. trata desesperadamente de aferrarse a su posición dominante de antaño. Como nos ha enseñado la historia, especialmente la Primera y Segunda Guerras Mundiales, el imperialista mas grande nunca dejara el poder voluntariamente. Las tensiones entre China y EE.UU. continuaran intensificándose en medio del creciente fascismo en ambas naciones. El inevitable consecuencia será la guerra mundial.
Los trabajadores debemos rechazar todas las formas de racismo y nacionalismo que Trump y otros capitalistas utilizan para dividir a nuestra clase y movilizarnos para luchar y morir en las guerras patronales por el control de los recursos y mercados. Los trabajadores solo tenemos un interés como clase internacional: acabar el sistema de ganancias que es la raíz de la explotación en el trabajo, la decadente infraestructura, servicio de muerte capitalista, la mala educación y la cultura podrida que nos oprime. Solo el comunismo puede abolir las naciones, salarios, dinero, y ganancias. ¡Una revolución comunista es la única solución!
EE.UU. Patético; China imperialista en ascenso
La lucha de poder China/EE.UU. fue evidente durante el viaje de Trump. Mientras se llevaba a cabo en Vietnam la Cumbre Económica Asia Pacifico dirigido por EE.UU., China contrarrestaba con la cumbre Asociación de Naciones Asiáticas del Sudeste(ANASE) en Yakarta. La prensa filipina alabo al primer ministro chino Li Keqiang, quien “hizo todo [en ANASE] en las áreas importantes: comercio y sobre todo seguridad. Fortaleció los lazos económicos con la región mientras prácticamente silencio las protestas sobre la militarización del Mar del Sur de China (The Rappler, 16/11).
El Los Angeles Times (9/11) lamentaba que “durante el viaje de Trump, ninguno de estos lideres ha entrado en serias negociaciones o hecho una significante concesión.” Algunas de las concesiones comerciales menores de China, por las cuales Trump rápidamente se tomo el crédito, ya estaban en proceso. Rex Tillerson, secretario de estado, una importante figura de la clase dominante, admitió que las concesiones “logradas hasta ahora son muy pequeñas”. Los los aproximados 15 “acuerdos” anunciados por Trump, la mayoría son acuerdos no vinculantes de entendimiento que podrían jamás materializarse (The Japan Times, 10/11).
Fracaso del AAT una señal del declive Estadounidense
Las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (AAT) siguieron sin Trump, su ausencia realmente no las afecto. Poco después que Trump saliera de Japón, el ministro de finanzas del país aclaro que no habría un acuerdo comercial con EE.UU. (Reuters 6/11/17). Con Japón a la cabeza, los ministros de comercio que forman el AAT-11, los firmantes del pacto comercial que quedan, anunciaron que el acuerdo seria actualizado para proceder sin EE.UU. (L.A. Times, 9/11). Esto obligara a Trump a negociar en desventaja las concesiones comerciales que pudieron haber obtenido a través del AAT (Huffington Post, 11/7).
El ala principal de la clase dominante estadounidense esta furiosa con el “retiro” de Trump de los acuerdos comerciales como el AAT, el cual era apoyado por Barack Obama, un agente mas confiable de los patrones. En el British Daily Mail (14/11), Nicholas Lardy, un experto en economía China del Instituto Peterson, condeno la retirada de Trump:
[Los chinos] ganan importancia estratégica e influencia geopolítica en la región…Trump puede habla sobre la Indo-Pacifico bla, bla, bla, pero estamos involucrados en el comercio, no estamos negociando ningún nuevo acuerdo comercial con algún país en la región.
Un volátil EE.UU. que se debilita es igual a una pendiente resbalosa hacia la guerra con China.
Patrones Chinos: Unidad y fascismo
Comparemos el ataque de la clase dominante a Trump con la evaluación de unidad de los patrones chinos al salir del llamado Congreso del Partido Comunista Chino un mes atrás:
El incremento en poder de Xi llega cuando Beijing apresura a convertirse en global…Xi no twittea, o se jacta de su CI o amenaza con cosas que no esta preparado a hacer. Lo que si haces es sobrepasar las expectativas de crecimiento económico año tras año, continuamente aumentar las acciones del mercado y seguir el juego…(Japan Times, 10/31)
Xi Jinping, quien fácilmente gano un segundo periodo como secretario general del PC chino, juro que convertiría a China en un gran poder para el 2050 (South China Morning Post, 16/11). Es mas, podría ocurrir antes. China ya es “la segunda economía mas grande por la taza de intercambio oficial, el país mas grande en manufactura y la nación con mas comercio en el mundo”. También tiene un tercio de los multimillonarios del mundo (BBC, 10/19 and Center for American Progress, 27/4).
El senador republicano John Cornyn, hablando en una “Conferencia de Poder Chino”, de un grupo de expertos de la clase dominante, el Centro para los Estudios Estratégicos e Internacionales (CEEI), se preocupaba que China “sea una amenaza mas grande para EE.UU.”, y mas temprano que tarde. Sus principales preocupaciones: La economía capitalista del estado Chino esta superando a EE.UU., y la construcción agresiva china en los mares Sur y Este de China (Epoch Times 14/11).
Tempestuosa clase dominante Estadounidense
Mientras tanto, la clase dominante estadounidense se divide día a día. Los republicanos no pueden acarrear suficientes votos para revocar el Affordable Care Act y no pueden pasar su miope ley de reforma a los impuestos, la cual favorece los intereses egoístas de los ricos a costa del creciente déficit y desigualdad (NY Times, 16/11). Steve Bannon, el supremacista blanco y antiguo consejero de la Casa Blanca, se enfrente al vicepresidente Mike Pence, cuando ambos apoyaron a diferentes candidatos por la muy publicitada carrera republicana para el senado en Alabama (CNN, 25/9).
La facción de la clase dominante dirigida por Trump – Koch sigue vacilando sobre su relación. Multimillonarios conservadores pelean con Trump sobre programas de infraestructura, frontera, impuestos, programas de empleo y la prohibición de refugiados e inmigrantes, en especial de los países musulmanes (Independent, 3/2). Los hermanos Koch al principio apoyaron el plan de impuestos de Trump, pero después le quitaron el apoyo (Vanity Fair, 11/3).
Al contrario, el primer periodo de gobierno de Xi se definió por una estricta disciplina de la clase dominante china, con amenazas por parte de Xi de expulsar del liderato o meter preso. Esta estrategia parece estar dando dividendos financieros y políticos.
Convertir guerra mundial en revolución
Al final, el viaje a Asia de Trump sirvió solo para mostrar el creciente desafío del imperialismo chino al poder imperialista estadounidense. Todos parece mostrar que la actual batalla entre EE.UU. y China esta llevando a un conflicto catastrófico. Podemos estar seguros, que sin importar quien emerja como gran jefe, la clase trabajadora seguirá siendo explotada.
Históricamente, las revoluciones dirigidas por comunistas han salido de guerras mundiales y masacres masivas de nuestra clase mientras los patrones se pelean por ganancias y dominio. Hoy, nuevamente, solo la unidad de la clase trabajadora internacional y la revolución comunista podrá parar la guerra imperialista.
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Desde la óptica de la clase trabajadora internacional, el viaje de Trump a Asia fue un desastre:
• La crisis humanitaria mas grande en Asia hoy, es el asesinato masivo y reasentamiento de cientos de miles de musulmanes, Rohingya, hambrientos de Myanmar a Bangladesh. Gobernantes budistas han perseguido a la gente musulmana Rohingya por siglos. Desde el golpe militar en 1962, el gobierno le ha negado la ciudadanía a los Rohingyas. Necesitan permiso oficial para casarse y el acceso a la educación, empleos y residencia es limitado. Claro la iniciativa china, Un Cinturón una Ruta ha exacerbado la crisis. Nada dijeron sobre estas atrocidades el racista Trump, Xi, u otro patrón capitalista.
• Trump alabo el “increíble trabajo sobre el problema de las drogas” del presidente filipino Rodrigo Duterte. El mismo Duterte que dijo, “Hitler masacro tres millones de judíos. Ahora hay tres millones de adictos a las drogas (en Filipinas). Yo felizmente los masacro”. La relación de los patrones estadounidenses con Filipinas es rocosa, pues el histórico aliado estadounidense se acerca mas a China.
• El viaje a Asia fue proclamado como una ofensiva diplomática estadounidense para cercar el programa nuclear de Corea del Norte. Sin embargo, ni Rusia ni China acordaron medidas contra Corea del Norte mas allá de las ya establecidas (Politico, 14/11). Y la presidenta del partido gobernante en Corea del Sur, Choo Mi-ae, le dijo a un centro de estudios que EE.UU. no debería “bajo ninguna circunstancia” tomar acción militar contra Corea del Norte sin el expreso consentimiento del gobierno de Corea del Sur.
El no poder hacer ningún acuerdo comercial significativo o crear nuevas alianzas para contener a China son claras señales de la disminución del poder estadounidense en Asia.