NUEVA YORK, 25 de abril—El campus de la Universidad de Columbia resonó con los cánticos de cientos de asistentes de docencia e investigación graduados que comenzaron ayer una huelga de 5 días. Son apoyados por muchos estudiantes de pregrado, incluidos unos 50 clubes de pregrado, muchos profesores, trabajadores de la construcción del área y otros locales del sindicato United Auto Workers (UAW).
Los estudiantes graduados hacen una gran parte de la enseñanza, calificación e incluso investigación de sus profesores. En diciembre de 2016, votaron para unirse a la UAW, en un momento en que la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, por sus siglas en inglés) había afirmado que estos estudiantes deben ser considerados trabajadores. Para toda la enseñanza y calificación de los documentos que hacen, están exigiendo un salario digno, un salario a tiempo, una mejor atención médica y protección contra el acoso sexual.
Columbia se ha negado a negociar con ellos, ha apelado la decisión ante los tribunales y espera que se apruebe la nueva designación antisindical de Trump para la NLRB y se revoque el reconocimiento de los estudiantes graduados como trabajadores. Pero después de esperar más de 18 meses para que Columbia “venga a la mesa” y con un voto de autorización de huelga del 90%, comenzó la acción de los trabajadores. Muchas clases han sido canceladas o trasladadas fuera del campus.
La postura antiobrera de Columbia no es nada nuevo. Esta semana marca el 50 aniversario de la masiva huelga estudiantil y ocupación de 1968, cuando los estudiantes protestaron por la toma de control por parte de Columbia de un parque en Harlem para construir un gimnasio para estudiantes y la participación de la Universidad en investigaciones de apoyo a la Guerra de Vietnam. La acción duró una semana y terminó con los arrestos brutales de más de 700 estudiantes.
Columbia todavía está dirigida por una Junta de Consejeros, el 75% de los cuales son banqueros y ahora se ha apoderado de una gran franja de Harlem y ha desplazado a miles de residentes de bajos ingresos, en su mayoría negros. Sigue educando a un cuerpo estudiantil elitista para convertirse en los gerentes, líderes políticos y financieros, y los científicos y académicos que supervisarán el intento de Estados Unidos de mantener el control económico y militar en el mundo.
Los últimos cinco años han sido testigos de un aumento en el activismo estudiantil, estimulado por el verano de Occupy Wall Street. Un grupo, Solidaridad Estudiantil Obrera (SWS, por sus siglas en inglés), ha luchado por los derechos y salarios de los trabajadores del campus y los estudiantes de pregrado. Se han formado otros grupos en torno a la desinversión de los combustibles fósiles, la lucha contra los oradores racistas y el racismo dentro y fuera del campus, el apoyo a los trabajadores palestinos y otros asuntos. Los miembros del PLP han sido bienvenidos en SWS, y seguimos luchando con los estudiantes sobre la necesidad de la revolución para abolir toda explotación de trabajadores y unirnos al PLP para que eso suceda. Muchos odian el capitalismo, pero aún no se han convencido de que todas las reformas sean temporales y de que sea necesario y posible un plan a largo plazo para cambiar el sistema. Una huelga de cinco días puede no ganar ninguna concesión, pero ha aumentado la conciencia de clase de muchos. Nuestro trabajo es construir sobre esta energía y ganar a los participantes en un viaje de lucha de por vida con el objetivo final de la revolución comunista.