El 27 de octubre el Partido Peronista fascista liberar recupero el poder en las elecciones de Argentina, cuando los trabajadores nuevamente tuvieron que escoger entre dos opciones anti-obreras. En este caso el presidente electo Alberto Fernández de “centro izquierda, derroto al titular Mauricio Macri. Fernández hizo unas cuantas promesas nacionalistas para reformar la creciente recesión y controlar la inflación. Es solo la mas reciente crisis capitalista en Argentina. No importa cual partido este en el poder, lo que si es seguro es que se timo a la clase trabajadora termino jodida.
Por el momento, Cristina Fernández de Kirchner la principal estrella populista esbirra del peronismo esta en el poder otra vez. Se posesionará aun con 11 cargos de soborno, malversación, y lavado de dinero. En uno de los casos, su antiguo chofer testifico que guardo 40 bolsas de dinero “en el mausoleo del esposo de la señora Kirchner y predecesor, Néstor, quien murió en 2010” (Telegraph, 27/10).
De EE.UU. a China, de Ecuador a Honduras y de Haití a Irak, los patrones crean campañas “anticorrupción” para disciplinar a sus iguales y desviar la ira de los trabajadores. Pero, las relaciones capitalistas están enrizadas en el individualismo, por eso es imposible que la clase dominante acabe con sus propios intereses. Es mas, el capitalismo esta basado en el desfalco del valor de la mano de obra, por lo tanto, es por naturaleza corrupto. Cristina Fernández roba – legal o ilegalmente según las leyes patronales – porque eso es lo que los capitalistas hacen. Como dijo un votante desilusionado al New York Times, “Se que son ladrones, y estoy harto de no hacer nada mientras me siguen robando” (27/10).
Solo una revolución comunista puede acabar con la criminalidad patronal. Solo el comunismo puede crear una sociedad dirigida por y para los trabajadores – sin dinero o explotación, racismo o sexismo, sin rivalidades o guerras imperialistas. Solo el comunismo puede llevar a la clase trabajadora internacional hacia adelante.
La ”Marea Rosa” de la pobreza
En 2003, inmediatamente después del colapso económico desencadenado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) dominado por EE.UU., Néstor Kirchner tomo el poder. Llego montado en la “Marea Rosa” americana, el mismo movimiento reformista que elevo al poder a Luiz Inacio Lula da Silva en Brasil y a Hugo Chávez en Venezuela. En Argentina los “izquierdistas” peronistas fueron electos después de pregonar mas gasto social y acabar con los paquetes de austeridad relacionados a los altos prestamos del FMI. Cristina Fernández de Kirchner sucede a su esposo como presidenta en 2007 siendo reelegida cuatro años mas tarde.
Durante un tiempo, las condiciones de los trabajadores argentinos mejora. Millones se beneficiaron de un nuevo programa de bienestar universal. Se gastaba mas dinero en pensiones y beneficios de desempleo. Mientras tanto, los Kirchner reprimen a los “poderes tradicionales” del país, los terratenientes y la prensa, someten a jueces y legisladores, mientras ajustan control del estado sobre la industria – sellos de calidad del creciente fascismo (Stratfor, 9/4/13). Mientras tanto su administración aceptaba coimas por favores de parte de industriales como Paolo Rocca, “Jefe del conglomerado Techint Group y uno de los hombre mas ricos de Argentina: (New York Times, 25/8/18).
Después de la crisis financiera global del 2008, las políticas de altos impuestos y proteccionistas de los Kirchner ya no funcionaron. Cuando se caen los precios de la carne y soya, Cristina Fernández de Kirchner reduce el gasto gubernamental de los servicios sociales, desencadenando masivos despidos. Para 2015, su ultimo anio en el poder, “los niveles de inflación estaban tan altos que el gobierno de Kirchner altero las estadísticas oficiales” y “alrededor de un tercio de la población vivía en la pobreza” (New Yorker, 28/8).
En el caos que crea la arremetida por ganancias del capitalismo, cualquier logro de los trabajadores inevitablemente será a corto plazo.
Del plato imperialista a la boca de la falsa izquierda, a veces se cae la sopa
Cuando el encanto del “milagro” económico de Kirchner se desvanece, Macri, pro-mercado, hace su campaña prometiendo “cero pobreza” y gana las elecciones de 2015. Propuso extensas privatizaciones e inversión extranjera, grandes deudas y finalmente un rescate de $57 mil millones del FMI, el préstamo mas grande de la organización en sus 73 años de existencia (Telegraph, 27/10).
Macri tenia amplio apoyo entre dueños de negocios y grandes terratenientes, dos sectores que han hecho de China el socio comercial mas grande sobrepasando a EE.UU. Las inversiones chinas en Argentina se han multiplicado, en minería, petróleo, gas, energía hidroeléctrica, y electrónica” (Argentine Republic Ministry of Foreign Affairs and Worship, 2017). Recientemente, en medio de la guerra comercial entre China y EE.UU. los dos países recibieron dos acuerdos de exportación muy grandes, una advertencia para EE.UU. sobre la creciente influencia china en Latinoamérica (Reuters 10/9/19).
Conforme florece el sistema patronal, los trabajadores se dan cuenta que las reformas de Macri son un desastre aun mas grande que el viejo regimen Kirchner. Cuando las inversiones extranjeras no llegaron, y la Reserva Federal Estadounidense elevo los intereses a la deuda, el peso perdió la mitad de su valor. La tasa de pobreza se eleva al 35%, y 52% para niños menores de 15 años (Buenos Aires Times, 30/9). Sin los subsidios del estado prodigo, los precios de productos de primera necesidad se elevan hasta el tope. En septiembre, miles de manifestantes se toman el centro de Buenos Aires. Aunque Argentina es considerada como teniendo un ingreso “de clase media alta” por el Banco Mundial, también tiene una tasa alta de desigualdad “un poco peor que Estados Unidos” (BA Times, 28/1/18).
Como dijo alguna vez Juan Perón, amante nazi (ver recuadro), el fundador del peronismo; “No es que nosotros seamos tan buenos, sino que los demás son peores” (New Yorker, 28/8)
Latinoamérica: lugar para la insurrección
En todo Latinoamérica, los trabajadores están saliendo a las calles en violentas protestas contra décadas de austeridad, el imperialismo estadounidense y el FMI. Ha habido demostraciones masivas en Chile y Ecuador. Durante las elecciones en Bolivia se dieron una ola de huelgas. En Ecuador las protestas contra el gobierno por parar los subsidios a la gasolina se volvieron tan intensas que el presidente Lenin Moreno huye de Quito, la capital, a Guayaquil en donde condujo el gobierno por unos días.
Como nos muestra la historia argentina, los patrones liberales son el peligro principal. Las reformas capitalistas son engaños que pavimentan el camino hacia el fascismo. La próxima guerra global esta por llegar – y con ella, los mas feroces ataques a nuestra clase. Como comunistas, nosotros debemos apoyar las rebeliones obreras alrededor del mundo. Pero lo que es mas importante, debemos destruir al capitalismo con una revolución comunista, organizada y dirigida por el Partido Laboral Progresista.     ¡Únetenos!