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Kentucky: Policías asesinos significa: ¡lucha!

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28 Febrero 2025 61 visitas

Londres, KY, 25 de enero—Miembros del Partido Laboral Progresista (PLP) de Kentucky asistieron a una marcha para exigir justicia para Doug Harless, un trabajador blanco jubilado a quien los policías asesinos asesinaron en su casa mientras buscaban una desmalezadora que le habían robado a un pariente del juez ejecutivo del condado. En el mismo estado donde los cerdos racistas asesinaron a la trabajadora negra Breonna Taylor, este incidente muestra cómo los trabajadores blancos no se benefician del racismo y el sexismo anti-negros, al contrario de lo que nos dicen los patrones liberales. Los gobernantes dicen que la causa del racismo es la política de identidad del privilegio blanco, pero el racismo es el elemento vital del capitalismo y los gobernantes no pueden enriquecerse y obtener enormes ganancias sin él. ¡Una revolución comunista multirracial beneficiará a toda la clase trabajadora!

Acudimos a la marcha preparados para llevar nuestro mensaje político, saliendo a la calle y distribuyendo el DESAFÍO a la gente y explicando que este incidente de terror policial no es un incidente aislado, sino el resultado del propósito de la policía en el capitalismo, que es imponer las relaciones capitalistas y mantener a la clase trabajadora bajo el yugo de los ricos. También ayudamos a difundir este mensaje al encabezar consignas como “Los policías asesinos son malos. ¡Tenemos que luchar!” y “¡Sin justicia no hay paz, no a los policías corruptos!”. Durante la marcha, familiares cercanos de Doug nos inspiraron con las consignas “[Departamento de Policía de Londres], ¡bajen las armas!” y “¡LPD, tienen sangre en sus manos!”.

Los policías racistas mienten después del asesinato

La policía se presentó por error en la casa de Doug por la noche para entregar una orden de registro en una dirección diferente a la que Doug estaba durmiendo. Al llegar, los policías del Departamento de Policía de Londres se acercaron a la puerta de la casa de Doug y golpearon con fuerza, y poco después de anunciarse, entraron a la fuerza en su casa y le dispararon cinco veces. Aunque hubiera sido un error haber matado a Doug incluso si tuviera la desmalezadora, los policías sabían que no podrían ocultar fácilmente su error fatal, y por eso, en lugar de informar inmediatamente que se habían producido disparos, las imágenes de vigilancia de uno de los vecinos de Doug muestran a los policías reagruparse fuera de la casa y finalmente informar que se acababan de producir disparos, y luego dar una dirección diferente a la que estaban. La dirección en la que informaron que se habían producido disparos había estado abandonada durante algún tiempo. No es coincidencia que Doug fuera asesinado por una desmalezadora que pertenecía a un pariente de David Westerfield, el juez ejecutivo del condado.

Los patrones locales y los cerdos justifican los disparos

El objetivo de la policía es proteger la propiedad, no a las personas, y el desequilibrio de poder tiene su raíz en el hecho de que los capitalistas poseen toda la propiedad, mientras que los trabajadores sólo poseen su trabajo para venderlo a cambio de un salario. Esto ha quedado demostrado por el hecho de que la policía está iniciando una investigación para supuestamente averiguar la causa del incidente, pero ya sabemos lo que pasa cuando la policía se investiga a sí misma. El alcalde de Londres, que fue presionado por los trabajadores locales durante una reunión en el ayuntamiento que se organizó para obtener respuestas sobre lo sucedido, no ha ofrecido más que excusas, e incluso ha publicado una declaración condenando a quienes han estado organizando protestas y marchas por “hacer de esto algo político”. Toda violencia contra la clase trabajadora es violencia política, pero decir que esto no es político es especialmente absurdo cuando se trata de un político local cuyo nombre está directamente vinculado a este asesinato.

Historia del racismo

Este incidente en Londres no es el primer ejemplo claro de violencia policial contra la clase obrera. Históricamente, Appalachia ha sido el campo de batalla entre los mineros militantes sindicales y los ejércitos voluntarios compuestos por diputados locales y alguaciles que eran empleados por los patrones del carbón. Ya en la década de 1920, en los acontecimientos que condujeron a la batalla de Blair Mountain, los alguaciles locales utilizaron todo tipo de armas, desde revólveres hasta ametralladoras, para reprimir huelgas, desalojar a los mineros de sus hogares y atacar campamentos formados por mineros huelguistas desplazados y sus familias. Sucesos similares ocurrieron en las Guerras del Carbón del Condado de Harlan, una sangrienta lucha de 10 años entre los mineros de Harlan y los patrones del carbón que eran dueños de los campamentos en los que vivían y trabajaban. Hoy, esta historia ha sido suprimida para que los trabajadores de Appalachia no sean conscientes de su historia radical, y en su lugar los calumnian como “rednecks”, un término que originalmente se refería a los miembros del sindicato que usaban pañuelos rojos, lo que significaba su solidaridad con la lucha internacional de la clase obrera.

Estos paletos representaban el sector más radical de la clase trabajadora de los Apalaches, ya que eran los más dispuestos a unirse con los trabajadores negros e inmigrantes contra los patrones del carbón que constantemente usaban el racismo como una herramienta para dividirlos e impedirles trabajar juntos. Para los patrones, el término “paleto” fue distorsionado en los medios liberales y utilizado como un término despectivo para referirse a alguien como vago y endogámico. Hoy, este significado se utiliza para justificar la pobreza intensa que sigue existiendo como resultado de más de un siglo de explotación capitalista. La falta de conciencia y los esfuerzos de la policía por integrarse en la comunidad y hacerse pasar por alguien que está allí para “proteger y servir” han creado la ilusión entre muchos trabajadores de los Apalaches de que la policía no es mala. Pero los acontecimientos recientes han puesto de manifiesto que no se trata de unas cuantas manzanas podridas, sino de todo el maldito manzano.

¡Volveremos!

En este momento, hay planes para que se realice otra marcha en febrero en la que nuevamente nos solidarizaremos y exigiremos justicia para Doug, y esperamos aportar una mayor conciencia de clase al movimiento.