Recientemente tuvimos un foro de política económica y la crisis actual. Allí, pareció haber alguna confusión acerca de los tres conceptos: cómo los jefes se dan cuenta de sus ganancias, la crisis de sobreproducción y la tendencia a que la tasa de ganancia disminuya. Estas tres ideas importantes merecen ser comprendidas individualmente y en sus conexiones dialécticas.
La pregunta de la realización es un concepto básico importante en la economía política marxista. Marx postuló que si bien  el valor económico es creado en el proceso de la producción por el  trabajo humano, esto no pone dinero en las manos del jefe. Esto significa  que el jefe tiene que realmente vender dichos productos en el mercado para transformar  el dinero a su valor excedente (ganancias) producido por trabajadores pagados por debajo del  valor su trabajo lo cual aumenta el beneficio económico de los jefes en el proceso de la producción.
El mayor problema es que a los trabajadores no se les paga lo suficiente para adquirir todo lo que ellos producen. Esta es la pregunta de realización. Hay numerosas maneras en que los jefes tratan con este asunto. Ellos pueden comprar muchos bienes para sí mismos. Pueden extender crédito a la clase obrera, forzándolos a trabajar para eliminar dichas deudas en una especie de esclavitud de tarjeta de crédito. Más importante, aunque, los jefes contestan la pregunta de realización a través de competencia y expansión. Los jefes intentan encontrar nuevos “mercados” tratando de vender más barato que sus competidores o vendiendo sus bienes a nuevas personas que nunca han tenido acceso a ello. Esto forma parte del inicio hacia la expansión imperial.
Las crisis de sobreproducción son una parte periódica pero coherente del sistema capitalista. Son aparentemente fáciles de comprender: los jefes producen demasiado material, no lo pueden vender todo y entonces muchos cierran. Para sobrevivir, los jefes compiten para llevar al máximo sus ganancias expandiendo la producción para robar la cuota del mercado  a sus competidores. Todos los capitalistas hacen la misma cosa (haciendo más bienes materiales de los que  “necesitan”  producir) y sin suficientes compradores.
Estos bienes se devalúan  al permanecer inmóviles en los almacenes. Colapso de las empresas, los trabajadores hacen paro involuntario/ son despedidos y las fábricas están cerrando. Estos tipos de crisis pueden empezar en una  industria específica, pero a menudo (como ahora), se expanden en recesiones por todo el  país y a veces (como en los años treinta) una depresión  a nivel mundial.
La tendencia a que la tasa de ganancia disminuya es un concepto mucho más difícil de comprender. Como se  ha dicho anteriormente, la ganancia de los capitalistas viene sólo de pagar a  los trabajadores menos del valor  que la fuerza que su  trabajo produce. La tasa de ganancia  de los capitalistas es la cantidad del “valor excedente” que embolsan, como un porcentaje de su inversión total (en maquinaria,  materias primas y mano de obra). Si la cantidad total de inversión  aumenta y el número y grado de explotación de trabajadores se queda constante, la tasa de ganancia declina.
La naturaleza competitiva capitalista de  perro come perro  aumentó la maquinaria de inversión en contra de la mano de obra como un hecho inevitable. Los jefes deben hacer su producción más eficiente y menos costosa o sus competidores podrán incrementar las ventas  ocasionándoles pérdidas. La mecanización y la automatización pueden dar a un jefe por lo menos una orilla temporaria y permitirle vender más de sus productos y aumentar sus ganancias. Otros pronto imitarán al jefe más “eficiente”, aunque, y pronto también todos se nivelarán  pero ahora toda las inversión total capitalista ha aumentado y su porcentaje de ganancia han disminuido. Este proceso pasará una y otra vez mientras el capitalismo exista.
Si la tasa de ganancias capitalistas decae y decae, es justo preguntarse por qué (en cara de esta “auto estrangulación”) el capitalismo no solo  se desploma sobre su propio peso. La respuesta está en parte en  las acciones que toman los jefes para aumentar el nivel de explotación de la clase obrera y en parte en la destrucción periódica de capital (en depresiones y guerra).
Si a los obreros se les pagase un porcentaje más bajo del valor de lo que producen, entonces la  plusvalía (ganancia) puede compensar el aumento de la inversión en la maquinaria. Desplazando a los  trabajadores automotrices (quienes ganan $30 o más por hora) en Detroit; a $8  hora en el Sur y el Suroeste es una respuesta de un sistema capitalista en decadencia. Los ataques a trabajadores del gobierno y reducción en el sistema educativo, la asistencia médica y las pensiones también permiten que el capitalista aumente cuánto  más pueden obtener de las ganancias producidas por  la clase obrera reduciendo cuánto tienen que pagar en los impuestos y los beneficios adicionales que mantienen su sistema podrido en pie. Todo esto ha aumentado el nivel de racismo y explotación sexista (otra estrategia patronal para aumentar sus ganancias (y mantener a  los trabajadores divididos).
Una estrategia aún más importante de los jefes es de transferir y expandir la producción en aventuras imperialistas alrededor del mundo.  Y compiten en disminución de sueldos  los cuales ofrecen unos pocos dólares diarios que no ayudan  a salir de los niveles de  hambre y miseria, sacando de los hombros de los  trabajadores el precio a pagar para la sobrevivencia capitalista. Derrocar este sistema con la revolución comunista es verdaderamente la única respuesta.
Los capitalistas encuentran, sin embargo, que incluso estas medidas desesperadas para exprimir cada dólar, posiblemente de los hombros de la clase obrera del mundo, no es suficiente para mantener los niveles de beneficios lo suficientemente alta para que su sistema funcione. Incluso las medidas fascistas pueden imponer salarios bajos solamente a medida que los trabajadores ya no sobrevivan ni produzcan futuras generaciones. Con el tiempo el imperialismo se ha expandido a todos los rincones del mundo y no hay más trabajadores nuevos que explotar. Esto ha reducido los salarios a niveles más bajos (una situación, que los capitalistas se enfrentan cada vez más hoy en día).
Cuando esto sucede, las potencias imperialistas rivales recurren a las mortales y destructivas guerras mundiales para expandir sus poderíos dentro de los potenciales trabajadores para explotar y revertir la caída de sus ganancias. Un resultado secundario de estas guerras es la destrucción de grandes cantidades de maquinarias y la inversión de capital (millones de vidas de los trabajadores). Los jefes supervivientes son capaces de restablecer las altas tasas de ganancias lo suficiente para iniciar de nuevo la producción capitalista. Este puede sobrevivir solamente mediante la destrucción de la vida de los soldados y trabajadores, de manera que otros trabajadores pueden ser forzados a un callejón sin salida. La de  explotación.
Como marxistas nos esforzamos por comprender al mundo. Cuando llegamos a una mejor comprensión de la economía que puede explicar por qué el problema de los trabajadores, no es un mal jefe o un político podrido. La naturaleza competitiva del capitalismo obliga a todos los patrones a agudizar la opresión contra la clase obrera. Obtener una mayor comprensión de la economía política del capitalismo puede poner a la clase obrera a un paso de darse cuenta de que la reforma del sistema capitalista ¨justo¨ es simplemente imposible. Sólo un mundo comunista igualitario puede poner fin a la pobreza, las guerras, el racismo y el sexismo de los patrones en el poder.