La cantidad enorme de energía que se desperdicia en la búsqueda de las ganancias máximas para las corporaciones capitalistas es la fuente de los problemas de energía en Japón. El combustible fósil quemado para aumentar la riqueza de la industria automotriz, el poder eléctrico consumido por los letreros de neón, máquinas expendedoras eléctricas, y la publicidad en todas sus formas son desafortunadamente, no lo que se enfatiza por los portavoces de un movimiento antigubernamental creciente en Japón.
Hasta 170.000 manifestantes se reunieron en el centro de Tokio el 16 de julio para reclamar un fin al poder nuclear y para protestar la decisión reciente del gobierno de reanudar las operaciones de las plantas de energía nuclear después de un cierre total de dos meses para una supuesta inspección de seguridad. Los manifestantes exigieron la dimisión del primer ministro ineficaz Noda y su administración del Partido Democrático Nuevo, señalaron la falta completa de un progreso significativo en la restauración del sustento de las víctimas del desastre y en la descontaminación de las áreas afectadas.
El movimiento de masas contra el uso del poder nuclear está creciendo en Japón a raíz del desastre nuclear que fue causado por los terremotos y tsunami en marzo de 2011. El movimiento ha avanzado bastante en la recaudación de 10 millones de firmas en una petición que exige la abolición del poder nuclear. La clase obrera japonesa sabe que no puede confiar en los burócratas gubernamentales o sus amos capitalistas para garantizar la seguridad pública. Mucha gente trabajadora sabe que la compañía de Poder Eléctrico de Tokio ha usado a gánsteres (sokaiya) para intimidar a los manifestantes en el pasado.
Como víctimas del gran crimen de guerra estadounidense, el uso de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, los obreros japoneses entienden los horrores del envenenamiento de radiación.
El movimiento creciente refleja un clima nacional a favor de un cambio social radical—un nuevo modo de vivir. El sentimiento anticapitalista está creciendo, pero al igual que el movimiento Occupy en los EE.UU., le falta la dirección clara del tipo que le podría dar un partido comunista revolucionario. Japón padece del estancamiento económico pos-burbuja y el desempleo masivo por más de 20 años. Queda claro que los EE.UU y Europa están siguiendo el mismo camino luego de que se rompiera su economía de burbujas de activos.
El Partido Comunista de Japón viejo dejó de luchar por el comunismo hace mucho. En vez de eso participa en campañas electorales prometiendo, en efecto, que si sólo gente buena e inteligente como sus candidatos ganarían el poder, entonces el sistema podría trabajar con unas cuantas modificaciones “científicas-socialistas.” El Partido Socialista viejo que antes dirigía luchas sindicalistas militantes ahora está caduco. Un puñado de grupos cuasi-Trotskistas oportunistas sólo aumenta la confusión sobre el Marxismo-Leninismo.
Claro que esta situación generalizada no sólo está aconteciendo en Japón. No hay atajos en la lucha para el comunismo—para la revolución verdadera. La clase capitalista es lo suficientemente fuerte y flexible para aguantar movimientos basado en consignas equivocadas como “somos el 99%.” En Japón como en todas partes, reemplazar un partido burgués por otro, construir un movimiento reformista tras otro que ignora el control que los patrones tienen sobre los recursos económicos—la causa subyacente del desempleo y contaminación—deja a los patrones capitalistas en el poder. Los obreros por todo el mundo aprenderán esto. Nos toca a nosotros en el PLP para ocasionar esto lo más pronto posible.
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Japon: Acabar Con El Sistema De Ganancias = No Hay Necesidad de Poder Nuclear
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- 02 Agosto 2012 106 visitas