La creciente carnicería en Irak – 8,868 trabajadores masacrados en 2013 (Washington Post, 12/1) – es el resultado de la invasión por EEUU, invasión que ha dejado el país en ruinas. Esto es típico de todas las guerras bajo el capitalismo. En la actual era, el imperialismo estadounidense se ha convertido en el arma máxima de destrucción masiva. En Irak, ha asesinado y desplazado a millones desde 1991. Ellos son las víctimas, no de “violencia sectaria,” sino de la rivalidad inter-imperialista por el control de los recursos energéticos.
Debido a la insuficiencia de fondos para una ocupación costosa y la escasez de soldados en tierra, los gobernantes de EEUU han tenido que modificar su estrategia para controlar Irak. Después de tratar, sin éxito, con ocupaciones militares, desde Vietnam a Afganistán a Irak, sería políticamente difícil para el Pentágono enviar tropas para anular la toma de Fallujah por al Qaeda. Por eso están cultivando las luchas internas y una posible guerra civil entre iraquíes, aun mientras planean una guerra mundial.
Con la caída de la Unión Soviética y su enorme ejército, los gobernantes de EEUU pensaban que podían invadir países pequeños sin problemas. Pero Afganistán e Irak han mostrado que no pueden controlar los recursos de gas y petróleo con solo el 1% de la población estadounidense enlistada en su ejército. Y no podrán enlistar las tropas necesarias a menos que, de alguna manera, ganen a la clase obrera estadounidense, que no gusta de la guerra, a apoyar su carnicería por ganancias.
Este es el problema central para la clase dominante de EEUU: falta de apoyo de la población doméstica. Es por eso que Michael Mazarr, profesor del National War College advierte, “En el futuro, Estados Unidos probablemente dependerá menos en el poder de proyección y más en la preparación militar doméstica” (Foreign Affairs Journal, Consejo en Relaciones Exteriores).
Capitalismo de EEUU: Asesinato, Inc.
Pero, esto crea otro problema para los capitalistas. Su sistema racista imperialista no solo esta asesinando a millones por las guerras en todo el mundo y dejando a millones de desposeídos, desde Bangladesh al Medio Oriente y más allá. También está destruyendo la vida de decenas de millones de familias trabajadoras dentro de Estados Unidos. Desempleo permanente masivo, salarios de miseria, servicio de salud costoso, millones perdiendo sus hogares por ejecución hipotecaria – todas estas son crisis endémicas al capitalismo. Crisis que golpean más a trabajadores negros, latinos y asiáticos, ya que el capitalismo utiliza el racismo para producir las súper ganancias necesarias para sobrevivir.
Pero esta intensificación de la explotación también tiene consecuencia para los patrones. La lucha de clases está escalando en todo el mundo. La furia masiva esta aumentando en una clase trabajadora a punto de rebelarse. Decenas de miles ya están luchando en Camboya, Palestina-Israel, Grecia, España, América Latina, Medio Oriente, y África. Pero esa lucha no puede ganar a menos que sea para eliminar el capitalismo, raíz de todos los problemas de los trabajadores.
El Partido Laboral Progresista debe dar liderato para organizar una revolución comunista y eliminar a los patrones y su brutal sistema. Solo una sociedad dirigida por y para la clase trabajadora puede acabar con destrucción capitalista. Nuestro Partido está plantando sus raíces en varios países para organizar justamente esa revolución.
Usando al Qaeda en Fallujah
Irak surge nuevamente como punto focal para los gobernantes estadounidenses. Consideremos su respuesta engañosa a al Qaeda en la reciente toma de Fallujah, una ciudad que el imperialismo estadounidense brutalmente bombardeo desde el 2004. En ese entonces, asesinaron a miles de trabajadores iraquíes, muchos de ellos civiles, además de cientos de soldados de la clase trabajadora para “asegurar” la provincia de Anbar, la más grande del país. Sin embargo, hoy, el presidente Barack Obama promete que no enviara a los Marines. “Es su lucha,” dijo John Kerry, Secretario de Estado.
No le crean. Los patrones estadounidenses siguen enfrascados en la política empapada de petróleo de Irak. Es más, la página web del Consejo en Relaciones Exteriores (CFR, siglas en inglés) grupo de expertos financiado en gran parte por ExxonMobil, publicó: “Como la Caída de Fallujah Podría Ser Buena Para EEUU” (10/1/14).
El articulo dice que el triunfo terrorista en Fallujah es “una luz brillante de oportunidad” la cual asustara a dudosos aliados hacia los brazos de la maquinaria de guerra de EEUU, que esta “acelerando…envíos de ventas militares y…buscando proveer envíos adicionales de misiles Hellfire” y “más drones de vigilancia,” según vocero de la Casa Blanca, Jay Carney.
El CFR espera que el sentimiento anti-alQaeda inspire unidad entre iraquíes, EEUU, gobernantes afganos y saudís, y disuada a los hostiles Irán y Rusia.
Por primera vez desde el 2011, cuando las tropas estadounidenses salieron de Irak, Washington tiene ventaja con recalcitrantes líderes como Maliki [Irak]…Esta propagada guerra hace que la diplomacia coercitiva de EEUU sea critica, no solo para lidiar con Irak, sino también para presionar a Arabia Saudita, Irán, y Rusia (la cual está en contratos con Irak para vender armas) a cooperar. Con socios, cada vez más desesperados, en Bagdad y Kabul, Washington ahora tiene su oportunidad.
El Factor Crucial: Petróleo
La intriga letal iraquí involucra hasta el tope a ExxonMobil. Las vastas y crecientes operaciones de la compañía en el país apuntan a controlar los recursos petroleros que los patrones rivales chinos necesitan cada día más. Exxon también busca desestabilizar el problemático régimen de Nuri al-Maliki. En particular, la compañía está subvirtiendo el régimen de Bagdad haciendo acuerdos petroleros con los auto-gobernados patrones kurdos en el norte. El plan es de enviar crudo kurdo a través de Turquía, con quien el secretario de guerra, Chuck Hagel, cuenta como aliado en futuras guerras globales.
“ExxonMobil ha empezado a perforar en el bloque Pirmam en la provincia de Erbil y ha construido una plataforma petrolera en preparación para la perforación en el bloque al-Qush en la provincia Ninewa, abriendo camino por primera vez en el gran acuerdo de seis bloques con la región autónoma de Kurdistan” (Iraq Oil Report, 10/1/14).
“Un acuerdo de exportación podría ser justo la punta de daga que partiera a Irak en dos” (Oil Price, 5/1/14). La administración Obama trabaja mano a mano con el archí-imperialista Exxon para debilitar a Maliki. El vicepresidente Joe Biden se ha convertido en vendedor para Exxon (Tal como lo está haciendo Obama para Boeing. Ver pg. 4):
En una llamada telefónica con Masoud Barzani, presidente del gobierno regional kurdo…el vicepresidente de EEUU, Joseph Biden también abordó el tema, alentando al líder regional para encontrar una forma común de exportar el petróleo [a través de Turquía] y compartir ingresos. Un acuerdo también sería beneficioso para las petroleras que han apostado al Kurdistán iraquí, a pesar de captar la ira de Bagdad. Las grandes petroleras dirigidas por Exxon Mobil Corp. Y Chevron Corp. han seguido a proveedores como Genel Energy PLC de Londres a la región.
No es solo Kurdistán que hace que Exxon y Maliki sean enemigos. Exxon tiene una mayoría en los campos petroleros más grande del sur de Irak, Qurna Occidental 1 – el premio mayor por las guerras de Bush y las sanciones de Clinton que asesinaron a millones. Pero para Exxon, los términos en Qurna Occidental son muy favorables para Bagdad. No como el acuerdo de producción kurda, en el cual Exxon es dueño de la mayor parte del petróleo extraído, el acuerdo Qurna Occidental es estrictamente un acuerdo de servicio. Los futuros multimillonarios de Bagdad le pagan a Exxon menos de $2 dólares por barril extraído, petróleo que después los patrones iraquíes son libres de vender. Por dos años Exxon ha amenazado salirse de Irak, donde su experiencia técnica es indispensable para las ganancias de la pandilla Maliki, a menos que reciba un pedazo del pastel. Maliki “necesita una fuerza aérea real para lucha contra los invasores Qaeda” (CFR). Estado Unidos le dará armas solo si el toca la línea de Exxon sobre propiedad petrolera.
Rivalidad Inter-Imperialista contra Revolución Comunista
La lucha mundial por la energía ha intensificado las rivalidades inter-imperialistas. En oposición a las maniobras de los gobernantes estadounidenses, grandes franjas de la antigua Unión Soviética se han transformado en una coalición armada anti-EEUU, dirigida por el presidente de Rusia, Vladimir Putin. Mientras tanto el ascenso económico de China lo pone en camino a un enfrentamiento militar con EEUU, desde el Golfo Pérsico hasta el Mar de China Oriental.
Estas rivalidades significan la muerte para los trabajadores del mundo, quienes no tenemos nada que ganar con cualquier lado de esta guerra inter-imperialista. El PLP dice que solo existe un lado para los trabajadores, la guerra de clases. Es el lado que produce toda la riqueza que los patrones roban de nuestra labor. Nuestro lado es la clase trabajadora. Y nuestra respuesta a la guerra imperialista es una revolución comunista que destruya el capitalismo y les dé el poder a los trabajadores.
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Disminuye Apoyo de los Trabajadores a las Guerras por El Petróleo
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- 16 Enero 2014 82 visitas