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Una Colectiva de Fábrica Expande Producción en la Revolución Cultural

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11 Abril 2014 89 visitas

Esta es la historia de una fábrica propiedad colectiva de la aldea. Durante el invierno de 1966, al inicio de la Revolución Cultural, el octavo equipo de producción de la Aldea **** decidió establecer un taller metalúrgico. El equipo empleó dos granjeros que habían trabajado en un taller antes, y a otras tres personas sin experiencia.  Necesitando un local, alquilaron una casa de tres cuartos sin familia.
El taller debería producir piezas de metal ornamentales o de otro tipo – manijas para cajones, puertas, y otros. El equipo de producción compró una camión con piezas de metal reciclado de una fábrica en la ciudad de Qingdao por muy poco dinero, y empezaron a producir cortadores de metal y martillos simples.
Los productos se vendieron bien en el mercado local. Poco antes del Año Nuevo Chino ese invierno, cada una de las familias en el equipo de producción – incluyendo las que se ocupaban del trabajo agrícola – recibió un bono colectivo al final del año de las ganancias del taller metalúrgico.
Notando el éxito de este negocio, los líderes de la aldea propusieron expandir el taller a una operación mayor. El equipo de producción estuvo de acuerdo. Como resultado, el taller metalúrgico se trasladó a un motel propiedad de la aldea, que por muchos años había atendido a los viajeros que llegaban en carretas. Allí había más de una docena de cuartos y tres o cuatro acres de espacio en el patio. La aldea invirtió en más herramientas y contrató unos cuantos empleados más.
Además de mantener la línea de producción original, el nuevo taller trató también de expandir su producción en otras áreas. La aldea envió a varios jóvenes a una fábrica de maquinarias agrícolas, una empresa estatal a tres kilómetros de la aldea, para que recibieran capacitación en diferentes destrezas industriales. Algunos aprendieron ensamblaje o a operar tornos, otros a soldar con electricidad o soldar y cortar con soplete.
Como empresa estatal, la misión de la fábrica era en parte ayudar en lo que pudiera a las áreas rurales. El liderazgo de la fábrica capacitó a los jóvenes de la aldea por seis meses gratuitamente. Al final del periodo de capacitación, donaban a la aldea todas las herramientas a los jóvenes que habían aprendido a usar: un viejo torno, un cepillo, un taladro, y una prensa de treinta toneladas, junto con muchas otras herramientas pequeñas. La fábrica también donó las partes necesarias para ensamblar dos nuevos tornos y una prensa de sesenta toneladas. Con estas herramientas y más de una docena de trabajadores capacitados, la capacidad técnica de la fábrica se expandió fuertemente.
La fábrica de la aldea también recibió contribuciones de otras fábricas, incluyendo unos motores eléctricos. El clima político del momento facilitó la transferencia del viejo equipo de las empresas estatales a las aldeas para uso colectivo, libre de cargos en la mayor parte.
En ese tiempo, la mayoría de tractores en las áreas rurales de China no tenían techo para proteger la cabeza del conductor. La fábrica de la aldea se propuso hacer cubiertas metálicas para los conductores con un techo y dos puertas. Protegía al conductor del sol y del frio en el invierno, y se convirtió en un producto  muy popular. La lista de conductores de tractores que querían cubiertas metálicas era tan larga que la gente tenía que esperar meses para su turno.
La cubierta la diseñó Huang Jianguo junto con Liu Jiawen y Liu Jiazhou. Huang, un graduado de escuela intermedia, hizo el plano; Liu Jiawen y Liu Jiazhou elaboraron el proceso de manufactura. La fábrica hizo buen dinero con ese producto por varios años. Más importante, el proceso capacitó a muchos jóvenes en el trabajo de hojalatería. Pronto la fábrica ganó reputación por sus prácticas innovadoras. Se puso como nombre Fábrica Mohan (Soldadura y Reparaciones).
La Mohan empezó a fabricar ventiladores para las fábricas de textiles en Qindao. Las textiles se expandían en ese tiempo y necesitaban una gran cantidad de esos ventiladores. Un grupo de nuestros trabajadores en la fábrica se especializó en hacer ese producto. Cortaban las hojas del metal en piezas del tamaño necesario y usaban nuestra prensa de sesenta toneladas para darles forma. Después soldaban las hojas al eje. La línea de producción se racionalizó y estandarizó, y la producción se enviaba regularmente a Qingdao.
Nuestro condado queda en la costa, donde la pesca era la industria tradicional. En ese tiempo, los pescadores dependían de las velas, que no eran muy confiables cuando los botes encontraban tormenta. Recuerdo cuando todavía era niño y una fuerte tormenta les quito la vida a 70 pescadores. El gobierno del condado estaba decidido a modernizar la industria reemplazando las velas por motores diesel.
Nuestra fábrica recibió el contrato para producir las cajas de transmisión para los botes de pesca. Se les asignó esa tarea a dos graduados de la secundaria, Liu Kefeng y Li Yuxun. Con planos de la empresa estatal del Condado de Rongcheng, comenzaron a ver como fabricaban las diferentes partes para después ensamblarlas como caja de transmisión.
En 1973, un contratista más grande quería fabricar un generador de dos ventiladores para mejorar las condiciones de los trabajadores. Estos generadores son enormes, tan grandes como una casa pequeña. Cuando nuestro administrador trató de conseguir el contrato para fabricarlos, el contratista no estaba seguro que pudiésemos hacerlo. Después que sus técnicos inspeccionaron nuestro equipo, dijeron que no les parecía que podríamos hacer el trabajo. (De hecho, nuestro administrador al principio tampoco estaba seguro que podríamos hacerlo). Uno de los técnicos que nos visitó era un metalúrgico de octavo rango, el más alto en China en ese tiempo. Dijo que varias fábricas con mayor capacidad técnica que la nuestra habían rechazado el contrato.
Pero nuestra fábrica tenía un arma secreta, uno de los cinco trabajadores originales: Wang Xuejin. En sus 40 en ese tiempo, Wang no tenía mucha educación. No podía hacer o leer un plano. Pero Wang tenía una rara habilidad para la innovación. Cuando la fábrica tenía una dificultad técnica, los líderes la discutían con él. El las resolvía dibujando algunas líneas en la tierra con un palo. Después conversaba con otra gente en la fábrica y trabajaba en eso un poco más. A veces tenía que pensar en eso por largo tiempo. Una vez que Wang desarrollaba una idea, llamaba a unos cuantas personas con conocimiento técnico en la fabrica para que trabajaran con él y diseñaran planos.
Los líderes de la fábrica de verdad querían el contrato para fabricar el doble ventilador, pero primero querían asegurarse que la fábrica pudiese hacerlo. El administrador le explicó los problemas a Wang. El mayor obstáculo era que la fábrica no tenía una prensa suficientemente poderosa para darle forma de cuerno a la hoja de metal para la parte que sacaba el aire de los ventiladores. ¡Esa sección tenía un diámetro de más de dos metros en su lado más angosto y cerca de tres metros en su lado más ancho!
El administrador le pidió a Wang que buscara una manera de resolver el problema. Wang lo pensó toda una mañana por su cuenta. Después lo discutió con unos cuantos trabajadores en la fábrica. Ya para el atardecer, él y sus amigos lograron diseñar un plano sencillo demostrando como se podría fabricar esa pieza sin necesidad de equipo pesado.
El administrador de la fábrica se reunió con el técnico en jefe y le dijo que ahora ya estaba seguro que podrían cumplir con el plazo de tres meses del contratista para la fabricación de los ventiladores. Conseguimos el contrato, ya que no pudieron encontrar a nadie más que pudiese hacer el trabajo. Pero el técnico no estaba totalmente convencido de que nosotros pudiésemos hacerlo tampoco. Se fue diciendo que regresaría en un mes para inspeccionar nuestro progreso.