LORTON, VA, 22 de enero—Después de tres meses de audaz huelga, los trabajadores del transporte público TransDev en Cinder Bed Rad Facility del área de la autoridad de transito de D.C. (WMATA) han aprobado un contrato y regresaron a trabajar (ver artículos de 4/12/19 y 11/1/20). Militantes del PLP participaron en la línea de piquete y plantones de los trabajadores durante el periodo de huelga, llevando ideas revolucionarias y estrategias a los trabajadores, la mayoría africanos y latinoamericanos, quienes recibieron con entusiasmo el apoyo comunista. Cuando los patrones negociaban de mala fe y al final dejaron de negociar creyeron que podían aplastar esta lucha. Pero, fueron los patrones quienes al final cedieron y los trabajadores obtuvieron una victoria parcial.
El nuevo contrato provee un aumento salarial de $3.50 para los choferes de autobuses durante dos años, y un 7% de aumento salarial par los trabajadores en la unidad de negociación. Todo lo demás sigue turbio, ya que el lenguaje del contrato sobre seguro medio no esta claramente definido. Las incertidumbres del contrato es una de las formas que utilizan los patrones para tratar de revertir lo que fue ganado durante la huelga.  Esa es la naturaleza del capitalismo, los patrones tratan de recuperar, y muchas veces lo logran, todo lo ganado por nuestra clase durante luchas como estas. La única forma de, realmente, liberar a nuestra clase de las garras de los patrones es luchando por una sociedad dirigida por la clase trabajadora; el comunismo.
Los trabajadores aceptaron el contrato, no solo por su contenido, sino como una forma de conseguir empleos mejor pagados en Metro, el sistema de transporte público. Metro acepto terminar por el empleo por contrato, en dos años, despidiendo a TransDey (contratista privado), y pondrá a sus trabajadores dentro del acuerdo de contrato colectivo como empleados directos del sistema de transporte público.
Una lección importante de la huelga es; un pequeño grupo de trabajadores que provee un servicio público – en este caso transportar a trabajadores desde Virginia del Norte a sus empleos en toda la región, puede, al hacer huelga y parar la producción, luchar y ganar algunas reformas de los patrones. ¿Pudieron tener algo mejor? Quizás se pudo ganar mas, si los 8000 trabajadores de D.C. Metro en el sindicato principal hubieran forzado al liderato a unirse a la huelga. Aunque hubo algunos rumores de que la huelga se extendería a todos los trabajadores del transporte público, el sindicato limito su apoyo a uno de apoyo verbal a los trabajadores de Cinder Bed. Pero, mas allá del aumento de sueldo, la lucha por construir una base para el comunismo entre los trabajadores de D.C. Metro y TransDey, continua. Nuestra clase, en este tipo de lucha, gana al adquirir la confianza de luchar por una sociedad sin patrones. Eso es lo mas importante de estas batallas. Bajo el capitalismo cualquier cosa que los trabajadores ganen siempre podrá ser revertido. Los patrones se reagrupan y lanzan el contraataque, lo cual sabemos que ocurrirá en el transporte mas pronto que tarde.
Solo un movimiento comunista que pueda derrocar al sistema capitalista y remplazarlo con el poder de los trabajadores; el comunismo, podrá mantener esas victorias. Derrotando el racismo y construyendo la confianza de los trabajadores, comprometerse a abolir el sistema salarial del capitalismo es esencial para nuestra lucha, para quitarle el poder a los patrones. Militantes del PLP lucharon fuertemente durante esta huelga para avanzar esas ideas y esperan que, pronto, mas trabajadores del transporte público se unan al PLP en la lucha a largo plazo por el comunismo.

CHICAGO, 18 de enero—Un comprometido grupo multirracial de trabajadores y estudiantes suficientemente valientes para salir con están temperaturas tan frías, se plantaron frente al hospital Westside donde Juanita Hankins trabajaba. La encontraron en Navidad, una mujer negra de 32 años, asesinada a golpes un cuarto de hotel por su ex conviviente.
Tristemente, Juanita se une a la larga lista de trabajadoras adultas y niñas que han perdido su vida a la violencia sexista. Esto no es un asunto local nada mas, en Chicago, la información que nos proporciona salud publica, y nuestra propia experiencia, nos muestra que este tipo de violencia es un problema sistémico mundial de proporciones criticas.
El evento fue organizado por camaradas del Partido Laboral Progresista Internacional (PLP). Nosotras estamos en esta lucha anti sexista con nuestras compañeras de la clase trabajadora porque el sexismo es un arma de división y explotacion contra nuestra clase.
La causa de la violencia sexista es el capitalismo
Aun cuando acciones individuales y grupales contra el sexismo interpersonal pueden ser útiles, estas no pueden atacar la raíz del problema. El sexismo es muy útil para los patrones capitalistas, genera billones anualmente solo de la desigualdad sexista en salarios. Además, divide a trabajadores que por estar divididas no pueden luchar contra el enemigo en común. A pesar de que la opresión sexista es anterior al capitalismo; y comenzó con la sociedad de clases, la clase capitalista internacional es la que se beneficia del sexismo. ¡Los grandes autores de la violencia sexista son los patrones capitalistas!
La lucha contra el sexismo, igual que la lucha contra el racismo, requiere que la clase trabajadora internacional se organice en un masivo PLP para destruir el capitalismo con la revolución comunista.  Antes, durante y después de la revolución, todos los trabajadores, específicamente las trabadoras negras, dirigirán la lucha por una sociedad egalitaria que satisfaga todas nuestras necesidades.
Solidaridad anti sexista en acción
Cuando los compañeros de trabajo de Juanita supimos de su brutal muerte, fue como un golpe al corazón. La sentimos, junto a su familia, como parte integral nuestra, en especial a su mama y sus dos hijitos, que quedaron huérfanos.
Casi tan impactante como el brutal asesinato de Juanita, fue la cultura de silencio, en nuestro trabajo, sobre su muerte. Cuando nos enfrenamos a una violencia sexista tan persistente es fácil normalizarla. Lo cual nos lleva a la desconfianza, alienación, y trauma dentro de nuestra clase.
Pero nosotras no nos dejamos llevar por la división ni el miedo, por eso organizamos nuestro plantón, “No guardaremos silencio: Un plantón contra la violencia sexista.”
Una PLPeista comenzó el evento con un discurso de bienvenida, hablo sobre lo que nos motivo para organizar el evento, y las metas para continuar de manera colectiva.  Enfatizo el uso de la violencia sexista y explotación por el sistema de ganancias y la necesidad que todos los trabajadores se conviertan en luchadores contra el sexismo.
Le siguió una estudiante/asistente de profesor, quien compartió una sorprendente información detallando lo grande y extenso que es el problema. Explico que la violencia sexista es un problema internacional sistémico con profundas conexiones a otras formas de violencia capitalista, como la guerra imperialista y los asesinatos racistas por la policía.
Hubo pequeños testimonios sobre mujeres que fueron blancos letales de esta violencia alrededor de Chicago en el ultimo año:  
Dra. Tamara O’Neal del hospital Mercy;
 Ruth George, una joven universitaria de 19 años;
Lyniah Bell, otra universitaria a quien su novio le disparo en la cabeza cuando presumía su arma.
Igual que con Juanita, nuestra meta fue de honrar su memoria mientras enfatizamos que las actitudes y acciones sexistas pueden convertirse en algo mucho peor.
Terminamos el plantón con la invitación a todos los presentes a firmar una pancarta que delinea ocho promesas anti sexistas para llevar a cabo esta lucha política. Promesas: promover un ambiente laboral libre de sexismo y luchar activamente contra el sexismo en nuestras comunidades. Tenemos planeado compartir esta pancarta en nuestro lugar de trabajo como una invitación a otros trabajadores y estudiantes a comprometerse a acciones anti sexistas.
La cultura de violencia sexista se alimenta del capitalismo
Como señalo nuestra compañera de salud publica, la violencia sexista en todo el mundo es verdaderamente sorprendente. En Chicago, el numero de ataques sexistas continúa aumentando, mientras que los jueces y cortes sexistas bajo el capitalismo muestras poco interés e proteger a las víctimas, aun cuando han sido atacadas muchas veces (Chicago Tribune, 2/5/19). Lejos de ser como los programas de televisión en donde nos hacen creer que la policía racista nos salvara, la realidad es que estos policías racistas son abusadores activos, como el policía que violo a una trabajadora bajo custodia (WGN, 21/3/18).
Los asesinatos sexistas en México han llegado a números críticos en los últimos años, prácticamente se duplicaron (DW, 21/8/19). Entre 2008 y 2019, mas de 3000 personas transgénero han sido asesinadas en 74 países (LGBTQ Nation, 20/11/19).
Esta cultura sexista se alimenta del capitalismo. La opresión especial basada en genero y sexualidad mana de la sociedad de clases. Nadie dentro de la clase trabajadora, incluyendo los hombres, se benefician de estas divisiones. Esta cultura de violencia sexista proviene del sistema de ganancias el cual súper explota la mano de obra de las mujeres y la justifica con la ideología sexista.
Sembrando las semillas de la lucha anti sexista
El PLP construye un movimiento masivo anti sexista, antirracista contra el capitalismo. Al hacerlo, nosotras luchamos para que los sectores ms oprimidos y explotados de la clase trabajadora sean lideres en esta lucha, en especial las mujeres negras. Mujeres y hombres debemos unirnos en la lucha por un futuro comunista anti sexista y antirracista. ¡Justicia para Juanita, Ruth, Tamara, Lyniah, y todas quienes han sido el blanco de la violencia sexista! ¡Luchemos por el comunismo!

Asistí a una marcha de Martin Luther King organizada por la Coalición para Proteger el Barrio Chino y el Lower East Side. La lección principal es que no podemos confiar en los políticos liberales y que solo podemos confiar en la clase trabajadora para obtener lo que necesitamos.
Participé en la lucha contra la crisis de vivienda que afecta a la gran mayoría de los trabajadores en la ciudad de Nueva York. Este es el segundo año que participo. Si bien la marcha fue más pequeña que la del año pasado, fue cualitativamente mejor. La manifestación tuvo un carácter multirracial y multigeneracional y los trabajadores que hablaron testificaron que las comunidades se organizaron para unir a todos los miembros de la comunidad: negros, blancos y latinos y asiáticos contra el racismo de la ciudad, para defenderse de sus planes de construir cuatro mega torres de lujo no solo en Chinatown y el Lower East Side, sino en toda la ciudad de Nueva York.
Además, la política de la marcha fue más aguda. El año pasado, la coalición terminó el programa al indicarnos que votemos por un mejor defensor público. Este año, los oradores enfatizaron la necesidad de organizarse y no depender de los políticos para cambiar el sistema. En segundo lugar, los oradores expusieron públicamente a los grandes fascistas liberales locales al denunciar a la concejal Margaret Chin y al alcalde de Blasio y su historial de confabulación con promotores inmobiliarios y desplazar comunidades. Aunque Chin es chino y de Blasio tiene miembros de la familia negros, no son amigos de los trabajadores.
También llamaron a Corey Johnson, el jefe del Ayuntamiento, representante de la comunidad gay. Entregamos una petición de 5.000 firmas exigiendo a Johnson que detuviera a las megas torres y apoyara a esta coalición. No se apareció en ninguna parte. La coalición lo acusó de facilitar encubiertamente el desplazamiento de la comunidad al elegir utilizar el proceso de revisión de tierras ficticias de la ciudad.
 A través de la experiencia, los trabajadores de esta organización de masas están aprendiendo que la única forma en que los trabajadores pueden ganar es si nos unimos contra el racismo sin la ayuda de los políticos. En este clima político, no muchos trabajadores están desafiando a los liberales, además de los conservadores basura. La mayoría de las organizaciones sin fines de lucro están enfocadas con láser en que el presidente Donald Trump es el principal enemigo. Por lo tanto, es un progreso para este grupo multirracial de trabajadores atacar a todos los políticos.
Algunos camaradas del PLP distribuyeron el DESAFÍO y se pusieron en contacto con los trabajadores. Después de la marcha, hablé con amigos sobre por qué los liberales son el principal peligro. Señalé que este sistema está podrido e incluso si elegimos miembros de grupos oprimidos que profesan las mejores intenciones, continuarán engrasando la máquina que mantiene funcionando a la máquina capitalista. La respuesta de este trabajador es mayormente buena.
Hay mucho potencial para ganar trabajadores a través de esta área de trabajo. Planeo continuar construyendo una base con la ayuda de compañeros camaradas para hacer del DESAFÍO un elemento básico allí e infundir la organización diaria con la política comunista.

Las siguientes dos novelas del escritor comunista estadounidense Howard Fast analizan y promueven la solidaridad de la clase trabajadora. Freedom Road (1944) dramatiza la lucha contra el racismo en el Sur después de la Guerra Civil, la promesa de solidaridad multirracial entre granjeros blancos y negros durante la Reconstrucción y su derrota en 1877. The Proud and the Free (1950) trata sobre la rebelión de Las Brigadas del Ejército Revolucionario de Pensilvania en enero de 1780, contra el trato brutal por parte de sus propios oficiales.
Estas novelas pueden estimular el interés de los estudiantes en la historia de los Estados Unidos que se nos ha negado. Estos libros conectan las luchas de clases del siglo pasado y de hoy, la lucha contra el racismo y la liberación de la clase trabajadora con las principales, aunque ocultas, corrientes de la vida.
 Camino de la libertad
 Freedom Road (que pasó a ser una película con Muhammad Ali como protagonista) es una novela antirracista con un análisis de clase: exactamente lo que se necesita en este momento, cuando el análisis de clase del racismo, cuando no se niega directamente, se niega indirectamente a través de Teorías liberales del privilegio blanco e interseccionalidad.
 El protagonista de Fast es Gideon Jackson, un ex trabajador esclavizado que escapó, se unió al Ejército de la Unión y regresó a Carolina del Sur. Él entiende la necesidad de unirse con los blancos pobres y es elegido para la Legislatura del Estado. Él y otros trabajadores anteriormente esclavizados se unen a campesinos blancos pobres para construir Carwell, una comunidad agrícola multirracial.
 Los antiguos esclavizadores, aún los terratenientes, diseñaron el compromiso de 1876, el fin de la Reconstrucción y la retirada de las tropas estadounidenses del sur. Luego organizan e incitan a los terroristas del Ku Klux Klan. El Klan asedia y destruye Carwell, matando a todos.
 La novela de Fast es muy clara: confiar en “votar” es tan inútil y contraproducente después de la Guerra Civil como lo era antes. Solo la violencia puede derrotar a la clase de los antiguos esclavizadores, que ahora forman una aristocracia terrateniente dependiendo de mantener al trabajo negro barato y pasivo a través del terrorismo y desarmando a sus aliados naturales, los blancos pobres, a través de la falsa ideología de la “supremacía blanca”.
 El personaje más consciente de la clase en la novela es el ex esclavizador y aristócrata Stephan Holmes. Holmes le dice a sus compañeros terratenientes que su prejuicio racista contra los negros los ha cegado a las habilidades e inteligencia de los negros que antes eran esclavos y de sus aliados, los blancos pobres. Holmes usa “raza” para disfrazar “clase”.
 La fuente principal de Fast es el libro Reconstruction: the Battle for Democracy 1865-1876, de James Allen, historiador y miembro del Partido Comunista de EE. UU. Allen editó el periódico comunista The Southern Worker, que tuvo que ser producido en secreto ya que los esfuerzos de organización del Partido en el Sur estaban sujetos a ataques fascistas por parte del Klan y el F.B.I.
El orgulloso y el libre
 El libro está narrado por Jamie Stuart, quien, como un hijo huérfano de 22 años de sirvientes, se unió al ejército revolucionario de Estados Unidos en la “Brigada Extranjera” de Pensilvania.
 Los hombres alistados viven en viviendas de barrios bajos cerca de Morristown, Nueva Jersey, con poca comida, ropa o dinero. Por el contrario, los oficiales, liderados por el general Anthony Wayne del ejército continental, disfrutan de comida gourmet, buen vino, ropa bien confeccionada y sirvientes.
 Los soldados de base (protestantes, judíos, negros, irlandeses, ateos y católicos romanos) reconocen sus intereses fundamentales en la unidad sobre la base de la clase, viendo a sus oficiales, la nobleza y especialmente a los británicos, como su enemigo común. .
 Dirigidos por un Comité de Sargentos, las brigadas, por sorpresa y organización, presentan un hecho consumado a sus oficiales. Forman una nueva fuerza de lucha libre. Finalmente, los soldados acuerdan regresar al ejército de Wayne siempre y cuando (1) no haya represalias; y (2) aquellos a quienes se les debe una recompensa se les pagará, y (3) aquellos cuyo período de alistamiento había expirado son dados de baja.
 Stuart regresa a York, PA. y su prometida, Molly Bracken. Pero, atraído por la lealtad a sus camaradas de armas, Stuart se une a la brigada. Entonces los oficiales se vengan.
 Después de la guerra, Stuart vive una larga vida. Cuando su amada Molly muere, se siente perdido. Entonces una persona esclavizada escapada llega a su casa. Stuart se da cuenta de que el nuevo movimiento abolicionista tiene objetivos como aquellos por los cuales él y sus camaradas habían luchado en la Revolución pero que nunca se lograron: la liberación de los trabajadores. Se une al ferrocarril subterráneo.
 Lecturas adicionales
 Fast basó este libro en Motín en enero (Viking, 1943) de Carl Van Doren, el único estudio completo de esta rebelión y que aún hoy es una buena lectura. Las lecturas auxiliares que han demostrado ser exitosas en clase incluyen: la crítica negativa de Sterling North en el World Telegram & Sun (1950) que acusa a Fast de “traición” por atreverse a escribir sobre el conflicto de clases durante la Revolución Americana, y “Respuesta a las críticas” de Fast de Masses & Mainstream (1950). Ambos están disponibles en línea.
 Estas novelas son inspiradoras porque presenta un análisis de clase, algo raro en la literatura. Abogan por la solidaridad multirracial dentro de la clase trabajadora. Desafiamos a los lectores a aplicar las lecciones de estas novelas a los problemas de clase de 2020.