La guerra contra el narco muestra que el capitalismo significa muerte, violencia y terror para los trabajadores. Le ha permitido a la clase gobernante establecer un estado militar y policiaco en la mayor parte del país.
Los jóvenes son el sector de los trabajadores bajo mayor ataque, son víctimas del desempleo, los pocos trabajos que existen no ofrecen seguridad social y los salarios miserables van de los 400 (US $31) a los 600 (US$ 46) pesos semanales.
Cada vez es mas limitado su acceso a la escuela, el gobierno ha reducido el presupuesto en educación y salud para destinarlo a la policía y el ejército. Millones de jóvenes se encuentran en la desesperanza, algunos han sido arrastrados a la guerra en alguno de los dos bandos, como sicarios, policías o militares. Miles han muerto en ella.
El estado policíaco militar ha sido utilizado para aterrorizar a los trabajadores y reprimir violentamente las protestas. Esa es la cara fascista de la democracia burguesa. La guerra no ha frenado las ganancias de los carteles de la droga, se estima que es un negocio de 40 mil millones de dólares anuales, una buena parte entra al sistema financiero del país.
La militarización también es parte de la estrategia fascista para garantizar el control de las riquezas naturales ante una eventual privatización del petróleo, el gas y el agua, así como un mayor avance en la electricidad. Las empresas de servicio como las telecomunicaciones también son escenarios de fuertes disputas entre los grandes capitalistas de México y los imperialistas.
Las próximas elecciones ocurrirán en el contexto de ésta guerra y mayores disputas entre los burgueses por el control de la riqueza. Todos los candidatos representan a un sector u oto de millonarios, los trabajadores no ganamos nada apoyándolos, al contrario, debemos luchar contra ellos. El apoyo de EU hacia alguno de los candidatos todavía es la clave para que cualquiera de esos politiqueros pueda acceder al poder.
El fraude electoral se repetirá como en otro años, si eso falla, entonces entrará en acción el aparato policíaco y militar. Al financiamiento gubernamental y empresarial a los partidos electoreros, se sumaran millones del lavado de dinero. Los candidatos además de los intereses de los millonarios que los financian, también tendrán que corresponder a los apoyos de los narcotraficantes.
Los trabajadores en México tienen ira hacia sus gobernantes, pero muchos de ellos todavía tienen confianza en que las elecciones son la única vía para cambiar las cosas. Otros están apáticos respecto a luchar y prefieren hacer esfuerzos individuales para sobrevivir, algunos tienen varios trabajos, en los que son superexplotados. Al final la farsa electoral y el individualismo son salidas falsas.
Los trabajadores tenemos una alternativa para liberarnos, debemos organizarnos en un partido comunista no electoral. El capitalismo, el sistema que nos oprime y mata a nuestra juventud, no puede cambiar por medio de las elecciones, necesita ser destruido por millones de trabajadores organizados y concientes de formar una nueva sociedad comunista. Únete a una célula de estudio y acción del Partido Laboral Progresista. Únete a la lucha por una sociedad comunista y por la liberación de la clase trabajadora. Convirtamos la guerra contra la juventud trabajadora en guerra de clases contra el capital.

Paris, 23 de noviembre — La clase trabajadora aquí sigue sufriendo los continuos planes de austeridad capitalistas que están destruyendo los servicios sociales ganados en generaciones pasadas a través de encarnizada lucha de clases. Los dirigentes sindicales pro-capitalistas que el año pasado perdieron la lucha de las pensiones de jubilación, de nuevo están conduciendo a los trabajadores a otro Waterloo.
El 18 de noviembre, cinco confederaciones sindicales hicieron un llamado a los trabajadores para protestar el 13 de diciembre contra los planes gubernamentales de austeridad. En preparación del evento, están instando a los trabajadores a “cuestionar al gobierno y a funcionarios electos” – intentando conducir el descontento hacia la vía electoral.
Con elecciones presidenciales en cinco meses, los falsos dirigentes sindicales intentan movilizar a los trabajadores a votar por el candidato del Partido Socialista François Hollande. Pero también quieren evitar un trastorno mayor que pudiera costarle las elecciones a los socialistas.
Es una repetición de las huelgas de 24 horas del año pasado con intervalos de 6 semanas para mantener controlada la ira de los trabajadores.
El 7 de septiembre, la Asamblea Nacional aprobó un plan de austeridad de 12 mil millones de euros (16 mil millones de dólares), seguida por otro voto de austeridad el 16 de noviembre de 7 mil millones de euros ( 9.3 mil millones de dólares), que está siendo debatido en el Senado francés.
El nuevo plan incluye impuestos más altos para el 86% de la población, reducción de prestaciones en salud y ayuda pública, la obligación de trabajar un año más antes de retirarse y el retiro a los 67 años para una pensión completa. Incluso han cancelado las subvenciones a las asociaciones que prestan servicios a niños de escuelas primarias.
Estos planes de austeridad son racistas porque se concentran sobre los trabajadores inmigrantes -la mayoría del norte de África y del África Subsahariana – que son de manera desproporcionada los trabajadores más pobres en Francia.
Todas estas medidas se están tomando para satisfacer a los capitalistas financieros, que temen que el gobierno será incapaz de devolverles el dinero que le han prestado. Y un tercer plan de austeridad puede estar en preparación.
El 8 de noviembre - un día después de que se anunció el segundo plan de austeridad, Natixis, banco corporativo de inversión del grupo BPCE (la segunda mayor corporación bancaria del país) se quejó de que el plan se basa en una sobre estimación optimista del crecimiento económico y la reducción del gasto público.
Esta tendencia a hacer que la clase trabajadora pague por la crisis capitalista se repite en todo el mundo. La “solución” capitalista a sus problemas es: que los trabajadores carguen con las pérdidas – a pesar de que todas estas crisis recurrentes crecen directamente por la naturaleza capitalista en busca del máximo de ganancias para “mantenerse a la vanguardia de la competencia.” La rivalidad inter-imperialista por el control de recursos y mano de obra barata ha tenido un efecto particularmente devastador para miles de millones de trabajadores en todo el mundo que se ven obligados a sobrevivir con salarios de hambre con un dólar o dos al día.
Sólo la revolución comunista puede terminar con los horrores del sistema de ganancias. A medida que la caída en picada de la economía capitalista mundial continúa, las viejas recetas de los falsos líderes sindicales están siendo desenmascaradas  por lo venenosas que son. Ahora es el momento para que una nueva dirección comunista conduzca la lucha de los trabajadores alejada del sindicalismo electoral reformista pro-patronal y hacia la revolución anticapitalista.

La presente lucha en Siria se encuentra entre dos bandos imperialistas: el imperio de EE.UU. en declive y el rápido ascenso de Rusia y China. Esta rivalidad ínter-imperialista está en juego tras las hipócritas acusaciones de Obama y sus lacayos de la Liga Árabe condenando al régimen “carnicero” de Al-Assad por reprimir a sus oponentes. La prensa gubernamental muestra cómo el imperio de EE.UU. y sus aliados quieren utilizar el mismo plan que utilizaron en Libia, una zona de exclusión aérea impuesta por los bombardeos masivos para imponer el cambio de régimen en Siria, pero lo que omiten decir es por qué EE.UU. está desesperado por colocar sus propias marionetas en el trono de Siria.
Los bombardeos de EE.UU. para aniquilar el régimen de Gaddafi tuvieron el propósito de detener las crecientes inversión económica de China y Rusia en el petróleo de Libia, mientras que en Siria  EE.UU. intenta consolidar su control militar y económico en todo el Medio Oriente debilitando a Rusia, Irán y China aliados del régimen fascista de AlAssad. Rusia tiene un interés estratégico fundamental para mantener su base militar en Siria y se encuentra en proceso de enviar buques de guerra a Siria para revitalizarse como  imperialista Beligerante.
Irán fue el verdadero ganador de la guerra EE.UU.-Irak. Mantiene su capacidad para seguir armando y financiando a sus fuerzas Hezbollah en el Líbano y Hamas en Palestina, y ha desarrollado en gran medida capacidad para influir en el gobierno de Irak. Para disgusto de Estados Unidos, Irán facilitó a Irak un acuerdo con el pseudo-estado “Kurdistán” (ver CD 30/11/11) quien desafió a Exxon / Mobil por el control de un campo petróleo iraquí. Irán apoya a Siria  frente al Ejército de Liberación Sirio (FSA)  fuerza títere sunita integrada principalmente por desertores del ejército sirio, que buscan la protección de Turquía y Arabia Saudita con el fin de derrocar el régimen mayormente alauita, cristiano y druso de Assad.
Restos del viejo movimiento comunista en Oriente Medio intentan revivir las raíces nasarista de Assad y su pseudo estado-socialista pero estado fascista de hecho, para enfrentar al imperialismo. Su alianza con capitalistas “menos malos” incluye meterse en la cama con dictadores aliados con fundamentalistas religiosos que masacran mujeres trabajadoras, hombres y niños.
El PLP en el Medio Oriente consistentemente lucha con su base y amigos para que entiendan que los patrones de EE.UU. continuamente golpean y maltratan a la clase obrera internamente para avanzar su estrategia imperialista, mientras que hipócritamente condenan a Siria, al imperialismo ruso y la hegemonía iraní, pero de ninguna forma representan el interés de los trabajadores.
Tampoco Siria, Rusia, China, Hezbolá, Irán, ni el mito de un “Estado de Bienestar” son la respuesta a las necesidades de la clase obrera en Oriente Medio. Sólo una revolución comunista para aplastar el estado racista y fascista israelí, el fundamentalismo iraní, la dictadura Siria, así como al imperialismo ruso, chino y el de EE.UU. pondrá fin a la brutalidad en contra de los manifestantes y la clase obrera en su conjunto.
Rusia bloqueará el intento de la OTAN de imponer una zona de exclusión aérea porque es en su interés estratégico hacerlo, y China continuará  financiando y armando a Irán con el fin de desafiar a Israel matón favorito de EU, pero seguirán siendo los hijos de la clase obrera los sacrificados para permitir que los imperialistas continúen con su gran juego hegemónico.

Nuestro colectivo ve una película cada mes.  Recientemente vimos la película “Attack the Block” y la recomendamos a los lectores del DESAFIO.  Es una película de acción, ciencia ficción y comedia sobre un grupo de adolescentes que luchan contra una invasión alienígena a un barrio pobre de Sur de Londres.  
“Attack the Block”  tiene conciencia de clase.  Presenta a los jóvenes de la clase trabajadora como héroes y muestra a la policía como monstruos racistas.  Esta película salió al mismo tiempo que “Transformers”, “Cowboys vs. Aliens” y “Super 8”, sin embargo no apareció en ningún cine local.  Aun con sus debilidades, creemos que no la distribuyeron mucho por su política.  
En la primera mitad de la película, presentan al grupo multirracial de jóvenes como el típico jovenzuelo, robando o pintando paredes.  El líder del grupo, Moses, investiga el asalto a una joven blanca llamada Sam.   Quien después sabemos es una enfermera que lucha por sobrevivir y también vive en el barrio.  Durante el asalto, un proyectil cae del cielo y destruye un auto.  Este es el primer alíen.  
Sam llama a los chicos mostruos, pero ellos tienen una idea diferente de quienes son los mostruos.  La policía arresta a Moses por el asalto, mientras tanto los ataques alienígenas aumentan.  Sam y Moses terminan atrapados en un van de la policía hasta que otro amigo llega a ayudarles.  Cuando los aliens los siguen a su barrio ellos se organizan para luchar.
Al principio Sam quiere llamar a la policía pero los jóvenes la convencen que los arrestarían si llaman.  Moses dice, “Primero enviaron sus drogas, después sus armas y ahora envían a monstruos para asesinarnos.  A ellos no les importa.  Como no nos estamos matando suficientemente rápido, ellos deciden acelerar el proceso.” Sam y los jóvenes luchan en unión contra los alienígenos, ella llega a confiar en ellos, trabajando juntos destruyen a los alienígenos.  
Toda la película, vemos a la comunidad como se une, excepto un vende drogas local que cree que Moses quiere tomarse su territorio.  Al final, Moses es arrestado, pero Sam lo apoya diciendo que es un joven vecino y un héroe que salvo el barrio.  La película termina con la multitud voceando el nombre de Moses mientras él está en el van de la policía.  
 “Attack the Block” nos da una buena base para la discusión (a) de como el capitalismo trata de alienarnos de nuestros vecinos, (b) no podemos confiar en la policías y (c) a quien acudes en momentos de crisis.  Cuando mirábamos esta película con una joven amiga, para ella fue evidente que la policía no estaba ahí para proteger a la clase trabajadora.  La clase dominante no quiere que veamos películas en donde los trabajadores se unen para mejorar sus condiciones, como esta.