Los asesinatos y desapariciones de los Normalistas de Ayotzinapan es el resultado de la criminalización de la Juventud bajo el sistema Capitalista
¿Por qué criminalizar a los jóvenes de la clase trabajadora? En la actualidad y por décadas la juventud de la clase trabajadora ha sido el sector más vulnerable bajo el sistema capitalista. Con la actual crisis de sobreproducción  la clase dominante no tiene ningún interés en dar ofertas de estudios y futuros empleos a los jóvenes.  
Por lo que ha implementado enormes y costosas campañas que advierten que estos jóvenes sin oficio ni beneficio  serán los futuros sicarios de la delincuencia organizada o la idea de que los jóvenes que asisten a protestas solo son personas vestidas de negro que les gusta destruir, aterrorizar a la población en general y que acciones de esta naturaleza merecen mano dura del sistema haciéndolos pagar con cárcel.
Políticas de desprestigio y exterminio son las que promueven la brutalidad de los asesinatos. Por décadas los normalista y maestros tuvieron y tienen mucha simpatía al interior de la clase trabajadora por ser grupos muy comprometidos con sus comunidades, por lo que patrones como Mexicanos Primero, Televisa, Gobierno Federal, etc., difundieron masivamente y por años la idea que la los maestros incluyendo  los normalistas eran los responsables del atraso educativo y que básicamente eran parásitos del sistema, que cobran un mísero salario, que solo se dedican a plantones y el gobierno no debe permitir  tal despilfarro del capital. Cuando el trasfondo de esta campaña fue la aprobación de la lucrativa reforma educativa, que generará enormes ganancias al mercantilizar la educación y estas ganancias serán para estos grupos promotores.
Aunque desde sus orígenes la policía y el ejército han sido educados como  el brazo opresor de los Capitalistas, hoy en día con la creciente violencia adjudicada a los carteles de drogas, que se ha documentado ampliamente que son patrocinados por Empresarios y encubierto por politiqueros, los policías  abrieron fuego contra los estudiantes desarmados bajo órdenes de los narcotraficantes locales, con el pretexto de que peligran sus vidas. Lo cierto es que los policías pueden utilizar sus armas en contra de los grupos criminales  y prefirieron cazar y asesinar a jóvenes de 18 y 20 años que el mismo gobierno ha descrito como indeseables e innecesarios  en el sistema.
Ayotzinapan no es un caso aislado de brutalidad policiaca. Miles de jóvenes negros y latinos desarmados mueren a manos de policías racistas en Estados Unidos, y aunque en diversas ocasiones tales crímenes han sido incluso grabados, los policías siempre argumentan temor por sus vidas porque seguramente eran algún joven negro rapero vende drogas que les pudo haber causado daño, tal y como lo muestran en innumerables películas series televisivas etc.
Del otro lado del mundo inmigrantes de muchos países europeos son acribillados por policías, como es el caso de un brasileño desarmado en  Inglaterra que tenía apariencia arabe  y quizá tenía intenciones de cometer un atentado terrorista en el metro de la ciudad.
México no es un Estado fallido, La naturaleza del sistema Capitalista es criminal. No podemos concluir que México simplemente es un Estado Fallido (concepto que describe que las instituciones gubernamentales no pueden resolver problemas de la población) cuando todos los días la clase dominante invierte colosales sumas de dinero para fomentar ideas racistas, de desprestigio o genera guerras con la finalidad de obtener recursos para mantener su poder.
Ellos no resolverán la actual situación porque ellos la provocaron deliberadamente. Solo la clase trabajadora organizada en todo el mundo podrá detener estos crímenes si destruye al sistema que los promueve. En el pasado logramos tener el poder podemos volver hacerlo.