Washington, DC — A pesar de que la compañía DC Metro recientemente elevó las tarifas de autobús a $1.45; muchos usuarios, con la colaboración de los chóferes mirando hacia otro lado en la solidaridad, han decidido “solo pagar un dólar”. Esta acción ataca el bolsillo de los patrones que es donde más les duele, pero también muestra un nivel de conciencia de clase que debe ser una inspiración. Cada vez que los trabajadores muestren solidaridad con otros trabajadores es una razón para el optimismo. Esta conciencia, y un partido revolucionario organizando nuestra clase, es un ingrediente crucial para la revolución comunista.

A pesar de que trabajadores y estudiantes han protestado airadamente en contra de los aumentos de tarifas, la junta del transporte en Washington DC ha incrementado aún más las tarifas, a $ 1,70. Este es el mayor aumento de tarifas en la historia de Metro y es parte de la respuesta patronal a la crisis del capitalismo que –descarga todo su peso sobre las espaldas de los trabajadores - una carga que recae desproporcionadamente sobre todo en los trabajadores y usuarios negros y latinos. Como hemos visto en todo el mundo, el racismo inherente al capitalismo se sigue intensificado durante la actual crisis económica. Además, los trabajadores con discapacidad, víctimas de la indiferencia capitalista por su salud y bienestar, se enfrentan además a grandes incrementos en el costo del servicio de transporte. En respuesta, los trabajadores se están movilizando para continuar con la campaña de “solo pagar un dólar” pidiendo a los conductores de DC Metro mantener su apoyo aceptando las tarifas más bajas.

Esta resistencia es una señal positiva -se puede construir solidaridad entre los trabajadores a través de dicha campaña. Pero no debe hacerse ilusiones de que ese movimiento modificará significativamente la explotación patronal sobre los trabajadores y pasajeros. Sólo con una revolución comunista realmente se podría solucionar el problema: los trabajadores de Metro organizarían el transporte en el interés de los trabajadores para que sin ningún problema pudieran transportarse al trabajo, ambos haciendo su contribución a la sociedad. Bajo el comunismo, el transporte será suficiente y gratuito, ya que todos estaríamos trabajando colectivamente para crear un mundo mejor, no para ayudar a los patrones a sacar ganancias de nuestro trabajo. Vamos a trabajar para hacer que la campaña de “pagar solo un dólar” crezca, llevando esta idea a más trabajadores de DC Metro y en la comunidad!

QUEENS, NY, 15 de junio – Este día, veinte estudiantes y profesores en la Universidad de Queens,  realizaron una protesta contra la guerra más larga en la historia de EUA, la guerra en Afganistán, que comenzó con una invasión de EUA a finales de 2001, y continúa hoy con una ocupación mortífera que ha asesinado a decenas de miles de afganos, la cual se ha extendido a Pakistán, y no muestra señales de terminar.

Mientras marchaban por todo el campus, repartieron volantes y hablaron con los estudiantes, los manifestantes portaron carteles contra la guerra y entonaron consignas como “De Afganistán a Palestina, la ocupación es criminal!” Y “Exxon-Mobil, BP, Shell, tomen su guerra y ¡váyanse al infierno!” La manifestación fue idea de un estudiante, quien pensó que el hecho de que la guerra en Afganistán se ha convertido en la guerra más larga era motivo de protesta, no de silencio. Pronunció un discurso denunciando los muchos crímenes de guerra de EUA como  -el continuo asesinato de civiles inocentes mediante ataques con helicópteros e incursiones nocturnas de las Fuerzas Especiales de EUA.

Aunque ahora solo hay cursos de verano, la protesta atrajo a un número de estudiantes como durante el año escolar regular, y conseguimos una buena respuesta de los demás estudiantes. La protesta fue multirracial, entusiasta y decidida. Miembros  del Partido distribuyeron DESAFIO sintiéndose orgullosos de haber participado.

Nuestras consignas y discursos relacionaron diversos aspectos de la opresión capitalista - desempleo, recortes presupuestarios y un sistema penitenciario racistas, junto con las brutales guerras de ocupación para obtener ganancias económicas. Los trabajadores y los pobres pagan por estas guerras, ya sea con sus vidas o por medio de recortes en los servicios. En cambio, es un gran negocio para las grandes empresas que se benefician con el control de las materias primas, mercados, mano de obra barata, oportunidades de inversión y contratos militares - es decir, que se benefician de lo que se llama opresión imperialista.

Un orador señaló que ahora hay más evidencias que indican que Obama no retirará las tropas de EUA el próximo verano, como había prometido. Su administración acaba de anunciar lo que se ha sabido por décadas: Afganistán posee un trillón de dólares en depósitos de minerales valiosos, “incluyendo vetas grandes de hierro, cobre, cobalto, oro y metales industriales críticos como el litio.” De hecho, los funcionarios de EUA creen que los depósitos son tan grandes que “Afganistán podría llegar a transformarse en uno de los centros mineros más importantes del mundo.” (NY Times, 6/14/10)

Cerca de 100.000 soldados de EUA permanecerán ahí para garantizar que las empresas de EUA, en lugar de China u otro de sus rivales, reciban la mayor parte de estas concesiones mineras. Las tropas de EUA van a instalarse en bases permanentes que habían construido para una posible guerra contra Irán, que posee la segunda mayor reserva de petróleo y gas. Irán es un rival a los EUA para la dominación de los ricos yacimientos del Golfo Pérsico. Además, estas tropas van a vigilar la construcción de un gasoducto desde Turkmenistán a través de Afganistán a Pakistán y la India (el gasoducto TAPI), parte de un plan global de EUA para el control mundial de petróleo y gas en el caso probable de un futuro conflicto militar con China.

Por más de dos siglos EUA ha estado envuelto en guerras de ocupación - en contra los nativos de América del Norte, en contra decenas de países de América Latina, en Vietnam, en Irak y muchos otros países. Millones de personas se han manifestado en contra de estas guerras. Pero no vamos a poder terminarlas ni siquiera detenerlas hasta que acabemos para siempre con el sistema de ganancias que las causa - el capitalismo -  y la clase obrera halla roto todas las fronteras y  ganado un mundo comunista.

PARIS,  18 de Junio — La huelga de 8 meses por más de 6,000 trabajadores indocumentados terminó hoy, ganando algunas de sus metas.  Felicitamos a estos trabajadores por su lucha tan militante y anti-racista contra el gobierno francés.  El hecho de ser indocumentados y hacer huelga es una gran victoria en si.  Esto le muestra a la clase trabajadora internacional que los trabajadores inmigrantes en el mundo pueden y quieren luchar y deberán ser apoyados por todos los trabajadores.  Un factor crucial y esencial para la construcción de esta huelga fue forjar la unidad multirracial, especialmente entre trabajadores de ascendencia africana y china, lo cual les dio a estos trabajadores el espíritu de lucha necesario para la ocupación “ilegal” de las áreas de trabajo, y más recientemente, la Plaza de la Bastilla. 

El PLP consistentemente ha denotado que mientras los patrones puedan dividir a los trabajadores definiendo algunos como “ilegales” por haber cruzado las fronteras creadas por los capitalistas – y permitiendo que los patrones los exploten aun más y los usen contra los trabajadores nativos – debilita a toda la clase trabajadora.  Es por eso que el PLP dice que los trabajadores deben “Destruir todas las Fronteras” – lo cual solo se podrá lograr a través de una revolución comunista que elimine a todos los patrones y todas sus fronteras.

Aunque los huelguistas forzaron al gobierno a adoptar condiciones uniformes para su “legalización”, la existencia continua de “condiciones” aun separa a estos inmigrantes de los ciudadanos nativos de Francia.  Así como muchos logros de los trabajadores en sus luchas reformistas bajo el capitalismo, esta es solo un acuerdo.  Sin embargo, con el liderato comunista este acuerdo puede ser el trampolín que nos lleve a una lucha mas extensa, una lucha que destruya todas las fronteras capitalistas.

Los huelguistas – en su mayoría inmigrantes de África, pero también de China – han forzado al gobierno a admitir que las 250 prefecturas de Francia abusan de su poder arbitrariamente.  Estos “prefectos” son agentes directos del gobierno nacional a nivel local y tienen mucho poder policial, el cual utilizan a favor de los patrones que los parieron.  Trabajadores indocumentados podrían ser “legalizados” solamente si terminaban la huelga “de común acuerdo” con sus patrones y si sus patrones estaban de común acuerdo con sus prefectos.  Es por eso que los huelguistas lucharon por condiciones uniformes para la “legalización”.  El acuerdo les provee una aplicación uniforme de:

• “Legalización”  de todos los trabajadores indocumentados que puedan demostrar que han estado trabajando en los últimos 12 de 18 meses, y seis de los últimos 12 meses, contando todos los empleos;

• “Legalización” de todos los trabajadores temporales indocumentados que puedan demostrar que trabajaron 310 horas en la misma agencia temporal, además de la promesa de la agencia de emplearlos durante 12 de los próximos 18 meses;

     • “Legalización”  de todos los proveedores de salud, en su mayoría mujeres, bajo un permiso de residencia temporal mientras buscan “una promesa de empleo”;

     • Reconocimiento de todos los días de huelga como días trabajados;

     • Reconocimiento de los 30 diferentes oficios bajo los cuales están empleados los huelguistas en donde no hay suficientes trabajadores nacionales; y,

     • Un permiso temporal de tres meses para todos los huelguistas.

Es obvio que dentro de estos cambios los patrones mantienen el control y limitan estas reformas y tienen el poder de revertirlas ya que son dueños del poder del aparato estatal.  Los trabajadores aun tienen que “probar” su record de trabajo, lo cual depende de las “promesas” de las agencias que los emplean y tendrán que presentar pruebas de sus 5 años de residencia en Francia, entre otras condiciones. 

Los huelguistas se opusieron a la combinación de prueba de residencia y empleo.  Las condiciones para la “legalización” de trabajadores de Argelia y Túnez, quienes están bajo leyes especiales y de trabajadores indocumentados en la economía clandestina, tampoco están claras. 

Aunque algunas provisiones permiten que los trabajadores den un paso más hacia la “legalización”,  aun están muy lejos de estar en un plano equitativo con los trabajadores ciudadanos.  Y la aplicación de esté acuerdo será “monitoreado” en reuniones cada tres meses de representantes de los sindicatos y los Ministerios de Inmigración y Laborales.  La lucha sobre esto aun continúa. 

Una vez que el acuerdo terminó con la huelga, 1,000 huelguistas terminaron su ocupación de tres semanas en la Plaza de la Bastilla, con consignas de “¡Trabajaremos aquí, viviremos aquí, nos quedaremos aquí!”  Xiaoqiu Zheng, un sastre de 52 años, explico: “En China, yo conocía muy pocos africanos.  Aquí [la Plaza de la Bastilla], nosotros hemos estado juntos.  Nos hemos convertido en hermanos y hermanas”.

Claro que la idea de que ciertos trabajadores son “ilegales” es una treta patronal.  La etiqueta de “ilegal” hace posible la súper explotación de inmigrantes.  Los patrones quieren que su racismo y nacionalismo divida a la clase trabajadora en grupos antagónicos.  Solamente cuando el internacionalismo obrero destruya al poder estatal patronal a través de una revolución comunista las categorías de “legal e ilegal” serán destruidas.  

El 11 de junio, empezó la Copa Mundial de Futbol en Sudáfrica.  Es el evento deportivo mundial más grande, miles de millones lo ven en todo el mundo.  Ideológicamente, la Copa Mundial es alimentada por el nacionalismo asesino de la época imperialista.  El imperialismo ha dejado su marca en todo el evento.   Los equipos de los mas grandes imperialistas están compuestos con jugadores de sus antiguas colonias, los equipos africanos son entrenados por europeos. 

 En Sudáfrica una tercera parte de todos los trabajadores están desempleados y cerca del 70% de niños sudafricanos viven en la extrema pobreza, aun así el gobierno de ANC encontró $170 mil millones para patrocinar el evento.  Después que trabajadores de la construcción de los estadios se fueron a la huelga, el ANC prohibió todas las huelgas durante la Copa Mundial. 

Pero, en cuanto empezaron los juegos, los guardias de seguridad de los estadios hicieron huelga.  Los trabajadores también se fueron a la huelga el 14 de Junio por los salarios bajos en el estadio Durban Moses Mabhia – y la policía los enfrentó disparando balas de goma y gases lacrimógenos.  Los guardias de seguridad dicen que les pagan R135 ($17.68 dólares) por juego – trabajando un promedio de 12 a 16 horas al día.  Además tuvieron que pagar R1,200 ($157.62 dólares) por sus uniformes.   Los jugadores han continuado jugando convirtiéndose en esquiroles. 

Miles marcharon en Durban el 16 de Junio – el aniversario 34 de las rebeliones en Soweto contra el apartheid – en solidaridad con los trabajadores de Stallon Security.  Los manifestantes también hablaron sobre el trato que se le dio a los comerciantes, quienes fueron sacados a la fuerza por la FIFA de las zonas exclusivas en donde solo se permitía que operaran comerciantes con licencia.  Consignas de “Fuera Mafia de la FIFA”, retumbaban en las calles.  

Otros trabajadores se quejaron de que los sacaron a la fuerza de sus lugares de pesca cerca de hoteles lujosos y del malecón Durban.  Rajeen Inderjeeth tenia una pancarta que decía, “pescaremos contra sus reglas”

Un sector de choferes de Johannesburgo, hicieron huelga a principio de semana por los cambios de rutas unilaterales. 

Cientos marcharon en el consulado estadounidense en Johannesburgo el jueves, en protesta contra los recortes de fondos internacionales para la prevención del VIH/SIDA en África.  Los activistas usaban camisetas verdes y cargaban pancartas.  Varias organizaciones, incluyendo el Treatment Action Campaign and Cosatu, dan liderato a las protestas contra los recortes de fondos para el VIH/SIDA. 

Trabajadores en todo el mundo deberían aplastar el nacionalismo patronal con el internacionalismo- la idea que los trabajadores en cualquier lado tienen los mismos intereses, en oposición a los patrones del mundo, sin importar su origen.  El capitalismo causa la pobreza – ahora exacerbada por la Copa Mundial – que ha destruido a Sudáfrica.  El nacionalismo, promovido en parte por la Copa Mundial, alimenta las inversiones imperialistas capitalistas en todo el mundo y la explotación en casa.  ¡El verdadero gol que los trabajadores debemos desear meter no esta en la victoria de la Copa Mundial, sino en el comunismo!